Delfina Merino: qué hay detrás de la mejor jugadora de hockey del mundo

El mensaje tras la eliminación en el Mundial refleja la madurez de la capitana de Las Leonas. Es tan importante el camino como el resultado, dice. 

Delfina Merino, elegida la mejor jugadora del mundo.
Delfina Merino, elegida la mejor jugadora del mundo.

Es la capitana de Las Leonas y fue elegida la mejor jugadora de hockey del mundo. Pero hay mucho más detrás del juego y la personalidad de Delfina Merino. La jugadora lo hace notar con cada pensamiento, en cada palabra y en cada acción.

Por eso, hace días, no sorprendió su descargo tras la eliminación argentina en el Mundial de Londres. Desde que saltaron a la fama mundial hace 18 años, Las Leonas se han acostumbrado a ganar. Y, de los últimos 24 torneos, sólo en dos no llegaron a semifinales. Uno de ellos fue el último certamen mundialista.

Delfina, como líder, eligió dar un mensaje maduro y elevado, incluso tomando palabras de Marcelo Bielsa, para explicar lo que sentía tras la caída en cuartos. "Me pareció interesante el mensaje que compartimos entre todas y decidí transmitirlo así. Personalmente creo que nos fuimos demasiado temprano, que estábamos para mucho más, pero a la vez siento que somos un equipo joven que debe tomar esta experiencia y usarla para crecer. No nos debe cambiar esta derrota. Sobre todo porque detrás de Las Leonas hay personas con valores y mucho amor y pasión por lo que hacemos", asegura.

Delfina Merino, elegida la mejor jugadora del mundo.
Delfina Merino, elegida la mejor jugadora del mundo.

Y agrega: "Sin amor y pasión, es imposible. Nosotros llevamos una vida de profesionales en un deporte amateur. Hacemos malabares para seguir con nuestras carreras y estudios, nunca dejamos de lado nuestros clubes y muchas veces perdemos momentos de vida social en pos de priorizar el descanso y la camiseta. Me gusta poder expresarlo y que no sólo sea siempre en base de resultados. Somos las primeras en querer ganar todo y revalidar la historia, pero a veces no se puede. Y creo que el camino que se transita es tan importante como el resultado en sí".

La capitana de la selección femenina de hockey sobre césped analiza con sabiduría cada paso dentro y con el equipo. Ella es una de las que asumió buena parte del liderazgo tras el retiro de Lucha Aymar. "El liderazgo es compartido porque una jugadora no podía cubrir la ida de Lucha. Yo, más que nada, siento que debo ensamblar bien las edades, darles confianza a las más chicas y estar ahí por si me necesitan. Y más que nada transmitir con el ejemplo, para mí la forma más fácil de que lleguen los mensajes", explica.

Para captar la totalidad de Delfina, lo que hay detrás de quien fue elegida hace meses la mejor jugadora del mundo hay que bucear en sus inquietudes e intereses. Merino estudia abogacía y, a la hora, de compartir el tiempo con el hockey, no le resulta nada fácil. "Por suerte me queda poco para recibirme. He tenido que llevar libros a las giras para poder estudiar y he cursado materias entre los turnos de entrenamientos, pero vale la pena. En mi casa siempre me inculcaron la importancia del estudio y lo comprobé: te abre mucho la cabeza, te hace conocer personas y te da otras herramientas para la vida", comparte.

Pero a Delfina le faltaba algo. "“Hace rato venía pensando cómo poder ayudar a la gente y no se me ocurría cómo hasta que me crucé con la Huella Weber", explica. La Leona se refiere al programa social de Weber Saint Gobain, que tiene a varios de los mejores deportistas olímpicos con el fin de dejar una huella en la sociedad.

"Era justo lo que necesitaba, que me ayuden a ayudar", dice sobre esta iniciativa en la que los deportistas eligen un lugar a refaccionar y la empresa lo hace. Delfina eligió el Hogar Las Trincheras, en Icaño, Santiago del Estero.

"Es muy loco cómo se dio todo. Un día me junto a comer como mi papá y le cuento la idea. Justo él venía de cortarse el pelo y el peluquero le había contado que estaba juntando ropa para ayudar a un merendero muy carenciado de Santiago. Tu lugar a ayudar tiene que ser ése, me dijo papá y yo me emocioné mucho, porque el destino me lo había puesto ahí… Hoy el lugar tiene apenas una tabla de madera bajo un árbol donde algunos días dan almuerzos y meriendas para 130 personas. Mucha gente depende del comedor aunque sea para alimentarse un par de días a la semana", cuenta.

En el lugar se construirá un hogar e incluirá educación agrícola, médica, sanitaria y de oficios. "Tengo una satisfacción y orgullo extremo por poder hacerlo", cierra desde Santiago, donde viajó para dar el puntapié al proyecto.