“Chiquito” es un gato rionegrino, que con su apetito voraz y tamaño no deja de asombrar a la localidad de San Antonio Oeste. Su dueña, Marisa Andreatta, quien dio hogar al felino cuando contaba con pocos meses, afirmó que: “Era una bolita de pelos que cabía en una mano. Pero empezó a crecer y crecer y ahora debe pesar entre 8 y 9 kilos”.
La vecina contó en Facebook que la historia de “Chiquito” comienza cuando una gata apareció, se instaló en su patio y tuvo crías. Su familia regaló a todos, menos uno que lo adoptaron ellos: al principio pensaron que era hembra y la nombraron “Jana”.
La supuesta gatita rápidamente se ganó el corazón de todos y sin dudas pasó a ser parte de la familia. Pasaban los meses, “Jana” en ese momento, tenía un pelaje extravagante y notaban que se iba haciendo cada vez más grande, un poco fuera de lo normal.
Con el paso de los meses, empezó a salir de noche y regresaba por la mañana, hasta que notaron que en realidad era un macho. Es por eso, que lo rebautizaron “Chiquito” con sentido irónico, porque para ese entonces ya tenía la altura de un perro mediano.
El gato tiene un apetito bastaste grande, días atrás su dueña y su hijo compartieron una foto junto a “Chiquito” y se pudo constatar que el felino tiene un tamaño fuera de lo normal, a comparación de otros gatos. Por supuesto, que se llevó todos los elogios por su gran belleza, hasta piden que les reserven descendientes. Sobre su alimentación, detallan que le dan comida para gatos, un dato no menor.
Por su parte, la dueña se encargó de investigar en Internet la posibilidad de que pertenezca a alguna raza en particular, contó que hay varias y que por su pelaje varios se parecen a “Chiquito”. Lo extraño, según Marisa, es que la madre tiene un tamaño normal, y su conclusión es que el padre sea de alguna raza en especial.