El Ministerio de Educación de Santa Fe detectó 422 casos de abuso sexual infantil y adolescente durante el ciclo lectivo 2018, muchos de los cuales salieron a la luz a partir de las clases de Educación Sexual Integral (ESI) que se imparten obligatoriamente en las escuelas santafesinas.
Estos 422 casos aparecieron en los niveles inicial, primario, secundario y hasta terciario. De hecho este espacio, cuya obligatoriedad fue sancionada por ley en 2006, llevó a que incluso estudiantes de profesorado y de escuelas nocturnas se percataran de que habían sido violentados durante su infancia.
Es decir que la ESI no solamente sirvió para casos recientes, sino para muchos que estaban ocultos desde hace años. La mayoría fueron en las regionales más pobladas, que incluyen a Rosario y Santa Fe, según datos aportados por el secretario de Gestión Territorial Educativa, Federico Paggi, al diario El Ciudadano.
"Muchas denuncias son de personas adultas que cursan los profesorados o los Eempa. Con los contenidos de ESI pudieron hablar. Antes se callaban", indicó y agregó que la escuela siempre fue un lugar de escucha y confianza que se consolidó con la capacitación de docentes y estudiantes en la materia.
"Generar de manera institucional el espacio para recibir las palabras de los niños y niñas es muy importante. Si no hubiera lugar para hablar de estos temas, muchas denuncias no habrían aparecido", manifestó. Ocurre que callar estos abusos provoca daños emocionales y psicológicos. La idea de del Ministerio de Educación es acompañar para que el alumno no abandone la escuela y denuncie lo ocurrido a la Justicia.
En las jornadas de ESI, niños, niñas y adolescentes no sólo se capacitan sobre la biología humana y acerca de los métodos anticonceptivos y de prevención de enfermedades de transmisión sexual. También se enseña a diferenciar los vínculos afectivos de los abusivos, identificar situaciones de violencia para denunciarlas y a aprender a respetar la diversidad sexual.
