Desde que arrancó la pandemia, en San Juan se entregaron 1.000 viviendas

Las viviendas están distribuidas en 14 barrios. En qué cambiaron los actos de entrega de llaves.

Las entregas se hacen con distancia social y máscaras puestas.
Las entregas se hacen con distancia social y máscaras puestas.

Desde marzo hasta la fecha, época en la que comenzó la pandemia, se concretaron en San Juan las entregas de 14 barrios, que totalizan 1.037 viviendas. Los actos de entrega de llaves cambiaron, ahora son todos bajo un estricto protocolo de distanciamiento, uso de barbijo y lavado de manos. De acá a fin de año, continuarán las entregas de casas.

Las entregas se hacen con distancia social y máscaras puestas.
Las entregas se hacen con distancia social y máscaras puestas.

Las viviendas entregadas están distribuidas de la siguiente manera: 22 casas en el barrio Nuestra Señora del Rosario, 9 de Julio; 130 en el barrio 7 de Septiembre, Chimbas; 82 en el barrio Fanzolato Sur, Rawson; 91 en el barrio Olivares del Sur, Pocito; 50 en el barrio UDAP 1 "Profesor Jorge Carrizo, Valle Fértil; 126 en el barrio Luz y Fuerza V, Rawson; 73 del barrio Trabajadores Viales Nacionales, Santa Lucía; 30 del barrio Sarmiento - Conjunto VI, Sarmiento; 93 viviendas del barrio Orión II, Jáchal; 90 viviendas del barrio Senderos del Este, 9 de Julio; 60 viviendas del barrio Virgen del Rosario, San Martín; 20 viviendas barrio Sol de Noviembre, Jáchal; 98 viviendas de relocalización Villa Esperanza, Zonda y 72 viviendas de relocalización Villa Hidráulica, Zonda. 

Todos los barrios tienen plazas.
Todos los barrios tienen plazas.

El Acuerdo San Juan habilitó el espacio para que lo público y privado confluyan en ideas y propuestas con miras a que las obras incrementen el acceso a la vivienda propia y permitan el desarrollo económico de la Provincia.

Se propusieron nuevas alternativas para la adquisición de viviendas, diferenciadas según el nivel de ingreso de las familias. De esta forma, se podrían realizar más viviendas con el mismo presupuesto, derivar la demanda de familias con mayores recursos o ahorros por operatorias diferentes a las de vivienda social y mejorar las probabilidades de quienes tienen menos ingresos para ser adjudicados y acceder a una vivienda del IPV. Por otro lado, se proponen alternativas para reducir el costo de las viviendas sociales, apuntando a disminuir la carga impositiva, gastos indirectos y una revisión de materiales.