Llega el verano: ¡Adiós a la grasa abdominal!

Hacer ejercicio programado y acatar dietas sanas es bueno para el organismo y, sobre todo, para bajar de peso. Pero ¿qué hacemos con la grasa localizada, que no se quiere ir? Aquí te contamos un paso a paso ideal.

Reducir el abdomen
Reducir el abdomen

Es una situación en la que nos encontramos la mayoría año a año y, según la experta en acondicionamiento físico, Kristy Curtis, los lípidos acumulados en esta zona son muy difíciles de eliminar.

Si bien la experta señala que el estrés y la genética juegan un papel importante en la acumulación en esta área, el estilo de vida también es un factor que contribuye.

No se queman las grasas sólo por practicar ejercicio aeróbico. Para conseguirlo hay que armar un plan más general, que incluya una buena alimentación.

Cualquier tipo de ejercicio que aumente el ritmo cardíaco: caminar, andar en bicicleta o nadar, ayuda a quitar la grasa del estómago. Aunque todas las formas de ejercicio son beneficiosas, es recomendable hacerlo de una manera equilibrada. Demasiadas sesiones de una actividad física en particular puede producir lesiones como inflamación en los tendones y articulaciones o distensiones musculares.

También se aconseja realizar, dos o tres veces por semana, ejercicios de resistencia, que ayuden a fortalecer los músculos, para protección de los huesos, prevención de osteoporosis, enfermedades cardíacas y la reducción del peso.

Eliminar la grasa abdominal
Eliminar la grasa abdominal

Es importante también llevar un control estricto de todo lo que se come, para asegurarse de no comer de más, y tampoco de menos. La idea es la de quemar más energía que la que se consume, de esta forma se adelgaza por el déficit de calorías. Según Curtis, "la ecuación equivale a una carencia de 7.700 por cada kilo de peso que se intenta perder". Hay muchas aplicaciones que pueden ayudar a controlar la cantidad de energía que se quema en una clase de gym, o también que ayuda a controlar la ingesta.

Hay que olvidarse del azúcar, ya que no posee beneficios nutricionales y son sólamente "calorías vacías", explica la experta. Además, asegura que el azúcar causa estragos en los niveles de insulina que hay en la sangre al elevarlos y luego hacerlos caer en picado poco tiempo después. Esta hormona es la que promueve el almacenamiento de grasa e inhibe la capacidad para quemarla, por lo que mantener sus niveles bajos permitirá al cuerpo eliminar lípidos adecuadamente.

Numerosos estudios han demostrado que el exceso de azúcar puede llevar a una acumulación elevada de grasa en el abdomen y está directamente relacionada con la obesidad tanto en niños como en adultos.

En cuanto a las proteínas, una dieta rica en estos nutrientes es esencial para desarrollar músculo magro y es este tejido el que quema calorías incluso cuando estamos descansando. La proteína puede provenir de la carne roja o blanca o los mariscos y también se puede encontrar en los productos lácteos, los huevos, el queso y el yogur.

Hacer ejercicio puede hacer que nos sintamos hambrientos y deseemos consumir cualquier cosa que se nos cruce después de un entrenamiento. La recomendación de Kristy con respecto a un "snack" después de hacer ejercicio es tomarlo aproximadamente una hora después de terminar: "Las células del cuerpo están 'abiertas y listas' para recibir una ingesta densa en nutrientes, así que asegúrate de que sea de alta calidad y correcta proporción".

El estrés y la genética juegan un papel importante en la acumulación de grasa, pero el estilo de vida también es un factor que contribuye.