Dijo que su pareja murió en un “juego sexual”, pero piden prisión perpetua

Eduardo Acosta tenía relaciones ocasionales con Martín Gallozo, que falleció atado en la cama de su casa en Rosario.

El debate oral y público sobre el caso comenzó este lunes en el Centro de Justicia Penal. (Claudio Bolognesi)
El debate oral y público sobre el caso comenzó este lunes en el Centro de Justicia Penal. (Claudio Bolognesi)

La Justicia de Rosario comenzó a analizar este lunes el pedido de prisión perpetua para un joven por el asesinato de su pareja ocasional. La defensa argumenta que Martín Gallozo (35) no fue víctima de un crimen, sino que falleció por un “juego sexual consentido” que en el que el acusado no tuvo la intención de matarlo.

En la apertura del debate oral y público, el fiscal Gastón Ávila planteó que Eduardo Acosta (29) cometió un homicidio criminis causa. Según esta hipótesis, el asesinato fue cometido en las últimas horas del miércoles 29 de noviembre para asegurar el robo de las pertenencias del dueño de un departamento ubicado sobre Pueyrredón al 4000.

El representante del Ministerio Público de la Acusación (MPA) sostuvo que el imputado y Gallozo estuvieron en ese domicilio desde las 18. Pasada la medianoche, el joven maniató a este último, con cordones y una sábana. Después usó una bolsa y cinta adhesiva para bloquear sus vías respiratorias hasta que su compañero murió por asfixia.

La primera audiencia sobre el caso se llevó a cabo ante el tribunal integrado por la jueza María Trinidad Chiabrera y sus pares Facundo Becerra y Gonzalo López Quintana. En esta instancia, la defensora criticó el planteo de que Acosta “perverso y calculador”, pero además dio otra explicación sobre la muerte de la víctima.

La abogada María Celia Pasquali recordó que su representado se dedicaba al cuidado de personas mayores. El vínculo con Gallozo comenzó un año antes y desde entonces tuvieron relaciones sexuales periódicamente. Respecto de esos encuentros, argumentó que ambos “buscaban el placer de un modo que puede ser considerado poco convencional, pero no prohibido”.

El crimen ocurrió sobre Pueyrredón al 4000.
El crimen ocurrió sobre Pueyrredón al 4000.

Según la defensora, Acosta no se dio cuenta “al momento del goce” de las consecuencias que tenían sus acciones. En el momento en que advirtió que su pareja había fallecido, “el temor lo hizo irse” y agarró una mochila para cargar sus pertenencias.

Por el contrario, el fiscal Ávila cree que el imputado se aprovechó de la confianza y la situación de intimidad para matar a la víctima. En cuanto al botín, precisó que le joven se llevó una notebook, un celular y una suma de dinero en efectivo que Gallozo había ahorrado para comprar una moto.