Luego de que este martes se confirmara la revocatoria de la prisión preventiva contra Juan Aveiro, el sacerdote de 53 años apuntado por haber abusado sexualmente de jóvenes que estaban bajo su cuidado en el Cottolengo Don Orione de General Lagos, se conocieron detalles de los nuevos hechos que lo involucran.
Puntualmente la fiscal Nora Marull que atiende el caso, presentó pruebas reveladoras del perverso accionar del religioso contra un joven de 20 años que en su momento había declarado, pero que luego amplió su exposición, dando detalles aún más graves. el chico sufre un pequeño retraso madurativo y vivió un verdadero calvario.
Según publicó el diario El Ciudadano, el relato del muchacho fue tan fuerte que afectó a varios de los funcionarios que presenciaron la medida. Hubo un sometimiento de la víctima en habitaciones, la pileta, en el auto del religioso e incluso en un camino rural de la zona cuando andaban en bicicleta. También contó los gritos y el llanto que escuchaba de otros internos en la habitación del religioso.
Aveiro al parecer le daba de tomar alcohol cuando estaban en la habitación, a lo que la fiscal agregó que la víctima no puede tomar bebidas alcohólicas por la medicación que toma. También dijo que le tapaba la boca cuando lo sometía para que no gritara.
Cuando el religioso se enojaba le sacaba el celular y le borraba los contactos de sus compañeros. Le mandaba continuamente mensajes: “Me molestaba a cada rato”, dijo. Contó que le regaló una tablet y no lo dejaba salir a pasear con una empleada del hogar. También dijo que pidió autorización para pasar una fiesta de fin de año con su madre, el director le otorgó el permiso, pero el religioso se enojó y no le dio la pirotecnia que había comprado.
Marull relató algunas partes de los dichos de la víctima a lo que sumó 31 entrevistas que tomó a personas que aportaron datos al caso. Agregó que luego de que el joven no tuvo más contacto con el religioso sus médicos le bajaron en un 60 por ciento la medicación que tomaba y está mucho mejor sin la presión que ejercía el religioso, dijo la fiscal.
La fiscal imputó a Aveiro por abuso sexual simple agravado por haber sido cometido por persona encargada de la guarda de la víctima, abuso sexual gravemente ultrajante agravado por haber sido cometido por persona encargada de la guarda de la víctima, y abuso sexual con acceso carnal.
Estos aberrantes hechos se cometieron en diversas oportunidad indeterminadas en el periodo 2015 y 2018. La Jueza de Primera Instancia Dra. María Chiabrera aceptó la calificación dictada por la Fiscalía y dictó la prisión preventiva efectiva hasta la iniciación del juicio oral y público.