Una ballena apareció en las aguas de Puerto Madryn y sorprendió a todos los presentes, ya que no es común que la vea en esta época del año. Este cetáceo tenía enrollada una soga en su cuerpo, esto preocupó aún más a los que estaban por la zona.
Víctor Fratto, consultor ambiental, contó lo que pudo ver en las últimas horas en Puerto Madryn y analizó los posibles riesgos por la forma en la que se presentó la ballena. Este hombre admitió que es “raro” ver a este animal marino en este momento del año. Por eso, tas el aviso, navegó hasta la zona para evaluar su situación.
Según pudo saber ADNSUR, se identificó a una ballena de la especie Yubarta con una soga alrededor de su cuerpo, la cual pertenece a alguna embarcación.
Después de dos horas analizando el desenvolvimiento de la ballena, el consultor ambiental pudo notar que “la soga está bastante holgada”, por lo que no le impedía moverse. Incluso, los presentes notaron que el animal “pegaba saltos”.
“Hoy tocó operativo con ballena yubarta. Tiene una soga a la mitad del cuerpo. Animal muy rápido y que se mantiene solo unos segundos en superficie. No estaba impedido en sus movimientos. Se decidió dejar la soga”, escribió Fratto en su cuenta de Instagram.
Al darse cuenta que no había ningún tipo de riesgo para la ballena, el especialista continuó su camino por las aguas del golfo, con la tranquilidad de que había analizado el caso y no corría peligro de vida.
Conocé las características de la ballena YUbarta
La ballena Yubarta es una especie de cetáceo misticeto de la familia Balaenopteridae. También son conocidas como gubarte o ballena jorobada y es una de las más grandes. Los adultos tienen una longitud de 12 a 16 metros y un peso aproximado de 36.000 kilos.
En la época de invierno, este animal marino migra a aguas más cálidas para tener sus crías y aparearse. La especie se alimenta principalmente de kril y peces pequeños. Además tiene un amplio repertorio de métodos para comer, incluyendo una técnica de la red de burbujas, la cual consiste en que una ballena se sitúe bajo un banco de krill y comience a trazar espirales sin dejar de exhalar aire. Este aire crea una pared de burbujas que los alerta y los obliga a moverse hacia un espacio cada vez más reducido.
