Para la Fiscalía, el excoordinador de Seguridad del Nodo Rafaela participó de una privación ilegítima de la libertad

Así lo detalló el fiscal Martín Castellano, en la audiencia imputativa. Enterate de todos los detalles de los diez hechos delictivos de los que se los acusa a los 8 detenidos. El principal cambio: a nadie se lo acusa de "abuso de arma", ligadas a la balacera del 2 de agosto en calle Avanthay.

Imputativa en Rafaela
Imputativa en Rafaela

Una extensa audiencia imputativa se concretó en el mediodía de este jueves, en donde los ocho detenidos (FA; LO; MF; ED; DS; AA; JG; EV y MB) acusados de “privación ilegítima de la libertad”, “amenazas coactivas”, y “amenazas calificadas”. Durante su relato, el Fiscal Martín Castellano aseguró que Agustín Andereggen, el exCoordinador de Seguridad del Nodo Rafaela participó de una privación ilegítima de la libertad. Y que hasta se presentó como ex "ministro".

Si bien todavía no hay fecha para la audiencia de medidas cautelares, se estima que podría ser este viernes por la tarde. Podría llegar a prorrogarse, en función de que cada uno de las defensas tengan acceso a una copia del expediente físico.

El Juez José Luis Estevez recibió un extenso relato por parte del fiscal Martín Castellano, del área de Delitos Complejos. Fueron diez hechos delictivos, que se concretaron a lo largo de unas dos semanas y que fueron escalando en violencia, hasta terminar con una balacera en la casa de calle Avanthay al 400. Aunque, sobre este hecho, no se imputó a nadie. De hecho, el "abuso de armas" desapareció entre las acusaciones iniciales.

Muchos de los acusados comparten abogados. Esto hace suponer que, probablemente, compartan estrategias. Andereggen tiene como defensor a Néstor Oroño, uno de los más renombrados penalistas. Y suma, de forma conjunta a Carlos Farías Demaldé. También lo será de Ezequiel DLS, Fabricio A y Martín B. Mateo F. será defendido por Caterina Bassano; Juan Manuel G. por Luis Leopoldo Hilbert y Javier García; Lucas O. por Pablo Mosconi y Raúl  Rufinengo, Darío S. por Fernando Pairone y Rodolfo Zhender.

El relato de lo ocurrido

De acuerdo al fiscal Martín Castellano, estos imputados "y otras personas aún no debidamente individualizadas, efectuaron en distintas oportunidades y circunstancias entregas de dinero por montos variables en moneda nacional y extranjera a Martín V. por una suma equivalente a los U$S 200.000 en virtud de un acuerdo, por el cual el último nombrado, luego de utilizar los fondos recibidos para llevar adelante algunas operaciones sobre artículos e insumos médicos debía devolver a quienes hicieron tales aportes, el monto correspondiente al capital más los excedentes obtenidos".

"Dado al antecedente y con el pretexto de la existencia de cierta deuda cargo de Martín V., originada en la operatoria aludida los imputados señalados, pusieron una serie de maniobras intimidantes, coaccionantes y violentas en perjuicio de una pluralidad de personas ,con el propósito de obtener un beneficio económico de ilegítimo así pues desde el 27 de Julio del 2020 y hasta el 1 de agosto del 2020, los imputados ejecutaron en forma grupal -en algunos supuestos- e individual -en otros-, distintos actos agresivos e intimidatorio coaccionantes en perjuicio de Martín V y de su círculo familiar más próximo: sus padres Alicia y Miguel V. y sus hermanos Josefina y Sebastián", dijo Castellano.

Para el hombre del MPA, estos actos estuvieron "destinados a ejercer presión y amedrentar de manera violenta todas estas personas como medio idóneo para exigirles la realización de disposiciones patrimoniales en concepto de devolución del dinero que había sido entregado a Martín V. en el marco de las citadas operaciones", Agrega que "se destaca que alguna de las conductas de las que se valieron los imputados mención dos estuvieron dirigidas a obtener también de manera intimidante violenta y coaccionante en algunos supuestos, información o colaboración por parte de las víctimas, en este caso no sólo de los familiares mencionados de Martín V. sino también personas allegadas a él razón de vínculos sociales o profesionales como el caso de Fabio F y de Gonzalo Á., siempre persiguiendo la meta de acercarse a la posibilidad de exigir directamente a Martín V. o a su familiares la realización de los actos de disposición patrimonial ya señalados, o bien de hacerse de bienes de estas personas para incorporarlos a su patrimonio".

Según el fiscal, todo comenzó el 27 de julio, al mediodía Martín B. se presentó a un domicilio de calle Crucero Gral. Belgrano -presuntamente junto a Lucas O y Mateo F.-que esperaban arriba de los autos. Allí vive la hermana de Martín V. Le preguntaron por él. Le dijeron que necesitaban contactarse con Martín. Tras ese encuentro Martín B, Lucas O y Mateo F, junto a la hermana, mantuvieron un encuentro con el padre Miguel V., en calle Avanthay. Allí, los tres imputados les dijeron que Martín V. les debía cerca de U$S 200.000 dólares.

Hubo una tercera reunión. Ahora, en calle Lavalle al 500, donde Martín V tiene su domicilio y sus consultorios. Ahora, ante los tres imputados, su padre y su hermana, Martín V. admitió que no tenía el dinero, porque lo había perdido en apuestas. Fue en ese momento en que la diplomacia fue abandonando la situación. Los tres imputados se dirigieron al padre y le dijeron que “debían pensar en el valor de la vida de su hijo”, que ellos “no andaban con vueltas”, que detrás “había gente pesada”, que “había gente que trabajaba en la policía y en la Justicia” y que debía vender la casa porque necesitaban la plata o buscar la forma de conseguir el dinero.

Ese mismo día, a la noche, a los tres imputados se les sumó E DLS y volvieron a reunirse con Miguel y Martín V, en calle Lavalle al 500. "Les dijeron que la única solución era que apareciera la plata. DLS hizo notar que el inmueble en donde se desarrollaba la reunión tenía cierto valor y que podía entregarse como parte de pago para calmar un poco los ánimos. Lucas O dijo que 'la familia se tenía que hacer cargo de las cagadas de Martín' y MB dijo que 'no se iba a dejar cagar a tiros'". Reiteró que había 'gente pesada', de la Justicia y de la Policía, y que "se dedicaba a hacer desaparecer gente".

El 28 y 29, a través de mensajes de Whatsapp, DS le dijo "qué onda con vos", "que mal vamos a terminar nosotros, amigo", "Mas te vale pagarme, porque esta me la cobro, loco" y "Ya nos vamos a cruzar nosotros", fueron las frases que el Fiscal entendió como amenazas simples.

El quinto hecho se dio en una estación de servicio, a las 16, el 29 de julio. MB, Lucas O, Mateo F, y se les sumaron Juan G. y Fabricio A. También concurrió Miguel, el papá de Martín V. El último de los imputados mencionados dijo que "la situación por la que se atraviesa podría generar suicidios, rupturas de parejas, conflictos familiares. Juan G pidió que entregara la vivienda en donde vivían".

Ese mismo día, se presentaron en la vivienda calle Crucero Gral Belgrano, Juan G y otra persona no identificada fueron a la madre de Martín V. Allí le dijo que su hijo debía y que le daba 48 horas para responder. Y que la casa de calle Lavalle salía unos 70.000 dólares y que sería repartida entre las personas acreedoras.

El 31 de julio, a las 11.22, Agustín Andereggen le mandó un mensaje a Miguel, el papá de Martín V. Lo convocó a una reunión en Aconcagua y Montes de Oca. A las 14, se dio el encuentro. Andereggen le pidió que deje el celular fuera de la sala, donde hablarían. "Le dijo que era cómplice. Que él (refiriéndose a sí mismo) había sido ministro y que era un muy abogado penalista y que si bien los demás eran perejiles, él no lo era", dijo textualmente Castellano. Reiteró el reclamo de dar un dinero (20.000 dólares) en 48 horas o "se les venía un tsunami" y que sino "les iba a ser imposible seguir viviendo en Rafaela".

También ese mismo día y casi al mismo momento, Fabricio A. se comunicó con el hermano de Martín V. Sin darse a conocer por su identidad, según Castellano, le dijo "que aparezca Martín. Te vamos a reventar la casa y a tu nena".

El mismo 31 de julio, cerca de las 18.14, Ezequiel DLS se comunicó con Gonzalo Avila, quien alquilaba un consultorio en calle Lavalle, de Martín V. Le dijo que quería hablar, cerca de otro consultorio médico, en calle Tucumán. Le pidió si tenía la llave, porque "Martín cagó como a 20 personas por U$S 200.000. Nosotros queremos saber si tiene la plata ahí". Avila le dijo que no la tenía. Pero le adelantaron que lo pasarían a buscar por su casa, a la noche. Así fue: a las 22, DLS y Andereggen se presentaron en ese domicilio, en Río de Janeiro al 600. DLS lo presentó a Andereggen como "nuestro abogado". Y -según el fiscal- de modo intimidante le dijeron que los tenían que acompañar para tener algún respaldo legal en el caso de que apareciera la policía. Y si aparecían, le tenían que decir que estaban sacando cosas del consultorio. "No vamos a hacer nada ilegal, solo vamos a buscar lo nuestro", le habrían dicho. Se fueron al Fátima y cambiaron de auto. El conductor no fue identificado. Se les sumó Fabricio A. Dieron una vuelta a la manzana, para cerciorarse de que no hubiera testigos. Dejaron el auto a unas casas de distancia.

Fabricio A entró a los consultorios, con la llave que le diera Avila. Tenía un handy en su poder. Les avisó que podían ingresar al resto. El conductor no identificado se quedó en el auto. Para el fiscal, esto evitaba que pudiera escaparse Avila. Así lo privaron ilegalmente de su libertad. Tras unos instantes, regresaron y se fueron. En la retirada, hicieron unos comentarios sobre una caja fuerte. Decidieron regresar, para forzarla con un elemento de hierro. Volvieron a reiterar la misma secuencia que antes. A la salida, los imputados subieron al Fiat Siena se fueron. Antes, pusieron en la caja fuerte un mensaje que decía: "estás muerto". También desordenaron un poco.

El 1 de agosto, Fabio Fernandez, persona allegada a Martín V., acudió a un taller mecánico de Bv. Irigoyen. Lo había citado el día antes, para hablar "de unos asuntos" por Fabricio A, que trabajaba allí. De acuerdo al relato del fiscal, el imputado "se presentó de forma intempestiva. Le colocó a la víctima un elemento en la cabeza para impedirle la visión y mediante violencia e intimidación le exigió información para localizar a Martín V.". Tuvo que demostrar que no tuvo contacto. Recién allí fue liberado.

Ese mismo día, Fabricio A envió mensajes intimidantes a Martín V. : "no me importa quien esté a cargo, vos te hiciste responsable al tomar el dinero", "vos lo sabés", "así que vos sos el que se tiene que mover", "porque si la guita no está transferida hoy vas a lamentar haberme conocido. Y no es una amenaza, es una advertencia", "vos sabés lo que no es poder dormir", "yo te advierto: a mi me importan dos huevos las reuniones. Hace 22 días que me venís mintiendo con un pibe", "yo ya te esperé. Te di demasiado tiempo. Ahora el tiempo se te terminó. Si hoy no tengo la transferencia en esa mutual, andate de Rafaela. Me cansaste. Mirá que soy superpaciente", "Todo tiene un límite. Me mentís hace 22 días. Hoy es el último día Yo la necesito hoy. La necesito hoy. Y si tengo que salir a meterte el caño en la boca, alguien para conseguirlo lo hago. Hoy la necesito. Y la necesito. No hay otra salida".

Las imputaciones

Autores de amenazas coactivas para Lucas O, Martín B y Mateo F., por el mismo delito a E DLS y coautores a los anteriores, autor de amenazas simples a Darío S, amenazas coactivas a Martín B, Lucas O, Mateo F, Fabricio A, Juan G; amenazas coactivas a Juan G, por el mismo delito a Agustín Andereggen, amenazas calificadas a Fabricio A., privación ilegal de la libertad, violación de domicilio, daños simples y amenazas calificadas para Fabricio A, Agustin A. y Ezequiel DLS como coautores; privación ilegal de la libertad agravada por violencia o amenazas para Fabricio A; Amenazas coactivas para Fabricio A.