"¡Imbécil!" el epíteto del influencer de Misiones, que lo llevó a Tinelli

Se llama Osvaldo Suárez, nació en Jardín América, pero todos lo conocen por su nombre artístico: "El Mismísimo Diablo" o "El Mismísimo", así nomás.

Misiones el influencer El Mismísimo Diablo en el programa Bailando por un Sueño de Marcelo Tinelli. (Instagram)
Misiones el influencer El Mismísimo Diablo en el programa Bailando por un Sueño de Marcelo Tinelli. (Instagram)

"Imbécil" suena más fuerte y degradante que tonto, pero significa lo mismo, según la realeza de la lengua hispana. Pero en boca de "El Mismísimo Diablo" esta y otras muletillas simples suenan a inocente chanza, casi una broma infantil.

Y aunque no se crea, es el epíteto que usó "El Mismísimo Diablo" de Oberá, Misiones, para hacerse famoso en las redes sociales. Y cuando su fama llegó a Tinelli, explotó en Instagram.

https://youtu.be/Ndn6xV528Ss

Sus otras muletillas graciosas invitan a tomar una "birren" (cerveza en el mundo "Diablo"), alegran a los "chikens" sin distinción de género, o lo acompañan pintando su "casitens" de madera.

Hace unos días en el estadio de Guaraní asistió a un festival benéfico junto a Brian Bulley actor de "El Marginal". Anunció su presencia en el Bailando y prometió "tirar unos pasitens" con las "chikens".

Toda Misiones esperaba este lunes la actuación del influencer más afamado de la provincia. Tanto o más, ahora, que la bellísima Ingrid Grudke o el corredor Carlitos Okulovich, también de Oberá. O antes, como el futbolista "Lobo" Rodolfo Fisher o el basquetbolista "Finito" Ernesto Gehrmann, también obereños.

Osvaldo Suárez, con su cuenta en Instagram diabloiguazu y sus videos en la red arrasó en Misiones y traspasó fronteras. Y también diques culturales, prejuicios y altanerías de comarca.

En uno de sus posteos presentó a su mujer, una alta y espigada morocha misionera, y a sus dos hijos. "El Mismísimo" no para. Aunque su primera aparición mediática a nivel nacional ocurrió cuando ingresaba a una comisaría junto a dos policías.

Eso ya pasó para Osvaldo "El Mismísimo Diablo", que hace presencias en boliches, asiste a espectáculos benéficos y anda feliz por la vida. E invita: "¡Aguante el reviro con güevens!" y se despide con un ronco "¡Imbéééécil!!.