El repudio a la violencia política y la defensa de la democracia fueron dos de las principales consignas que una multitud llevó esta tarde a la Plaza de Mayo y alrededores. Pero la mayoría de los manifestantes, antes que nada, expresó su incondicional apoyo a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, el día después de que intentaran asesinarla al llegar a su casa. Los actos y manifestaciones se reprodujeron en distintas ciudades y pueblos del país.
El Presidente Alberto Fernández decretó el jueves a la noche feriado nacional ante la gravedad institucional que representó el intento de magnicidio. La convocatoria a la Plaza de Mayo fue hecha desde el Gobierno nacional, el peronismo nacional en todas sus versiones, el Frente Renovador que lidera Sergio Massa, organizaciones sindicales, sociales y de derechos humanos.
En simultáneo a la llegada de las columnas de los manifestantes a la Plaza de Mayo, se realizó una reunión multisectorial en la Casa Rosada que presidió Alberto Fernández. Estuvieron los gobernadores Kicillof, Capitanich e Insfrán, el titular de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja; los secretarios generales de la CGT, Pablo Moyano y Héctor Daer; Estela de Carlotto, varios ministros nacionales. No hubo dirigentes políticos opositores. Allí se acordó el documento que fue leído por la actriz y dirigente gremial Alejandra Darín, desde un escenario ubicado frente a la casa de gobierno, rodeada por los impulsores del documento.
“La paz social es una responsabilidad colectiva”, se tituló el documento. “Nadie que defienda la República puede permanecer en silencio o anteponer sus diferencias ideológicas al repudio unánime” del “intento de asesinato de la principal dirigente política del país”, dice.
“No hay manera de relativizar ni minimizar un intento de magnicidio”, dice otro párrafo que recuerda “la solidaridad y el repudio”, llegados de “dirigentes de toda América Latina, de los EEUU, de Europa y del Papa Francisco”.
El documento destaca los pronunciamientos del “movimiento obrero organizado, entidades empresarias, comunidades religiosas, asociaciones deportivas y demás organizaciones intermedias del país” y de “gran parte de la dirigencia política nacional”, que comprende “que la convivencia democrática debe prevalecer sobre cualquier desacuerdo político”.
El documento apunta que “no se cruzó ayer un límite”. Y se señala que “desde hace varios años, un sector minúsculo de la dirigencia política y de sus medios partidarios, viene repitiendo un discurso de odio, de negación del otro, de estigmatización, de criminalización de cualquier dirigente popular o afín al peronismo, y aún de cualquier simpatizante”.
“Nadie es individualmente responsable por las acciones de otros, pero quienes cedieron minutos de aire a los discursos de odio deberán reflexionar sobre cómo han colaborado para que lleguemos hasta esta situación”, dice otro párrafo.
“La vida democrática es incompatible con el accionar de minorías violentas que pretenden llevar de las narices al resto de la sociedad, u obligar a determinada dirigencia a tomar posiciones cada vez más sectarias con tal de contentar a esa supuesta clientela electoral”.
El último párrafo dice: “El pueblo argentino está conmovido, impactado por lo ocurrido, incluyendo a millones que no simpatizan con Cristina ni con el peronismo. En honor a todos nuestros compatriotas es que hacemos este llamamiento a la unidad nacional, pero no a cualquier precio: el odio afuera”.
Tras la lectura del documento, se desconcentró la multitud que colmó la plaza sin que se produjeran incidentes. Las columnas sindicales, de organizaciones sociales y de derechos humanos, partidos menores del FdT se mezclaron en las diagonales Sur y Norte, también desbordadas por gente que llegó de manera independiente, muchos en familia. Una de las columnas más numerosas llegó desde Avellaneda, encabezada por su exintendente y actual ministro nacional, Jorge Ferraresi, y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, dirigente de La Cámpora, entre otros.
“Siempre con Cristina”, “Nunca Más”, “Son responsables del odio que generan”, “La democracia es nuestra y se defiende” y “Acá no se rinde nadie”, fueron otras consignas.
Otras marchas
En San Luis hubo un acto en la Plaza Pringles, en Santa Cruz la gobernadora Alicia Kirchner participó de una sesión de los diputados provinciales.
En La Plata, Bahía Blanca, Mar del Plata, las grandes ciudades del interior bonaerense, hubo actos “en Defensa de Cristina Fernández de Kirchner y la democracia”.
Igual en Rosario y Santa Fe, en Paraná, en las también entrerrianas Concepción del Uruguay, Gualeguay, Gualeguaychú, Concordia y Villaguay.
En Catamarca el PJ convocó a “marchar en paz”; los peronismos de Jujuy y de Corrientes hicieron actos en sus sedes partidarias. En Santiago del Estero, Misiones, y Salta hubo distintas expresiones de apoyo a Cristina Kirchner. También en Córdoba y Mendoza.
