Con vistas a las elecciones 2023, el foco de la campaña electoral se ve atravesado por la dura realidad que le toca atravesar a todos los argentinos, producto de la pérdida del poder adquisitivo que se da como consecuencia de una alta inflación y con una economía cada vez más deteriorada.
En ese marco, el escenario que dejó la inflación de abril solo parece ser “la punta de un iceberg”, que una crisis económica que todavía pegará duros coletazos a la realidad de los argentinos y que también podría empeorar de cara a la incertidumbre que dejan las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias.
Federico González, consultor político, dialogó con Vía País y reveló cuáles son las preocupaciones de la gente de cara a la campaña electoral, qué temas son los que interesan en la sociedad y cómo ven las propuestas de algunos candidatos como puede ser una dolarización o una reforma laboral.
“Siempre son los mismos, que son la punta del iceberg de otros temas que es la merma del poder adquisitivo del salario, que es el efecto concreto de la inflación, el empleo precario y la falta de trabajo genuino. En segundo lugar, que en el Conurbano se puede entender como primero, es la inseguridad”, señaló a este medio.
Con este último punto, explicó que hay un “efecto de habituación desde hace años” lo que hace que para los ciudadanos que lo viven pase ser una situación que tienen siempre, que es un problema.
“Cuando hago estas preguntas, suelo hacer una escala de intensidad del problema y preocupan todos. Por ejemplo, el tema educativo también interesa respecto si hay una crisis en la educación. Otro tema que también interesa y aparece muy claro es el de la pobreza, que preocupa de dos manera: al que la tiene y el fantasma del que no la tiene, pero siente que se le viene encima”, explicó.
En ese sentido, un informe de Ecolatina puso el foco en el rol fundamental que jugará la economía del bolsillo y la confianza que pueden generar los votos en la sociedad. Claramente, el rol de los votantes no está puesto tanto en problemáticas más macro como pueden ser la falta de reservas netas o el déficit fiscal, sino que el foco está en lo que puede comprar o hacer con su dinero.
En parte, la estrategia ahora de Sergio Massa es favorecer el consumo de la gente, aglutinada en la clase media y media baja, para que mejore el humor social. Entre alguna de esas medidas, es el aumento del límete en las tarjetas de crédito.
“En este sentido, se suele apelar a la acumulación de ciertos desequilibrios en los meses previos a las elecciones, que tienden a ser parcialmente corregidos pasados los comicios, una vez que el costo político se reduce. Entre estas medidas se destacan el atraso cambiario y tarifario, buscando desacelerar la inflación; las tasas de interés reales negativas, promoviendo el crédito barato y/o desincentivando el ahorro; y el aumento del gasto público en términos reales”, explica el informe.
El peor escenario económico para las PASO que tiene el Gobierno
La realidad marca que el Gobierno corre una carrera contrarreloj para intentar sacar un buen resultado en las elecciones, en el marco de una inflación esperada para el año del 120% y que podría ir en aumento. En ese sentido, la consultora señaló que “las condiciones socioeconómicas arrastran un marcado deterioro”.
La inflación es aún peor que en 2021, escalando casi 70 puntos porcentuales respecto a lo que fue en 2021, 60 respecto a 2019 y 90 puntos por encima del promedio del resto de los años electorales. También la pobreza podría ser foco de preocupación, donde estiman que alcanzaría el 40%, el nivel más alto para un año electoral.
Otro foco es que “el salario real (formal e informal) se ubica en 2023 en el nivel más bajo en contraste a todos los años electorales, previendo que este año sea el sexto consecutivo de caída”. En tanto que “el valor del salario mínimo, la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la jubilación mínima exhiben asimismo una notable merma en su poder adquisitivo”.
“Asimismo, el incremento en la tasa de actividad –conformada por las personas que tienen un empleo o están buscando uno- hacia máximos para los años electorales analizados es propiciado por el “efecto trabajador adicional”, ante de la necesidad de sumar ingresos en familias cuyo poder adquisitivo tambalea, volcando a las personas a autoemplearse o bien aceptar empleos de baja calidad, reduciendo la probabilidad que esto se traduzca en un mayor desempleo”, agrega el documento.
Un gobierno que no inspira confianza y sin margen de maniobra
Otro dato a tener en cuenta es que el deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos, ha llevado a que la confianza en el Gobierno se ubique en mínimos históricos. Incluso casi diez puntos más abajo de lo que pasó en 2021, donde hubo un fuerte impacto por las medidas de la pandemia.
Dado este panorama, crecen los incentivos del Gobierno a realizar políticas económicas expansivas que busquen mejorar el poder adquisitivo y la demanda de los hogares en el muy corto plazo antes de las elecciones. Sin embargo, el margen para terminar con un resultado más favorable en materia de consumo y de la situación social en este último año de mandato es exiguo.
“La aguda escasez de divisas, sumado a la inestabilidad de una elevada brecha cambiaria y la debilidad en la demanda de pesos acotan considerablemente la posibilidad de profundizar el atraso cambiario acumulado o propender a tasas de interés reales negativas, mientras que la posibilidad de congelar tarifas de servicios públicos y/o acelerar el gasto público en términos reales choca con la falta de financiamiento”, señaló Ecolatina.
