El pasado viernes, la denunciante de 50 años acusó formalmente a su pareja por golpes y amenazas de muertes. Allí expresó su creciente temor ante posibles represalias y solicitó medidas de protección.
La denuncia fue radicada ante la Comisaría de la Mujer, con asesoramiento del personal de la Línea 137 de asistencia a las víctimas de violencia. En el caso interviene el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá.
La víctima, cuyo nombre permanece en el anonimato por seguridad, aseguró que el ex policía le propinó golpes de puño, la arrojó al piso y la amenazó con incendiar su casa.
Además, señaló que el sospechoso se encuentra separado de la madre de sus tres hijos, todos miembros de las fuerzas policiales y actualmente en actividad, por lo que dispone de contactos activos dentro de la fuerza.
Por otra parte, expresó que estaban en pareja desde febrero del año pasado. Aunque recién en noviembre el policía retirado se mudó con ella a su casa. La convivencia, según ella, hizo aflorar los primeros indicios de violencia por parte del hombre.
“El miércoles salió del trabajo en la Municipalidad y no volvió. No me atendía el teléfono ni respondía los mensajes. Me preocupé mucho y le comenté a un hijo, que me recomendó que haga una exposición. Pero ayer (jueves) volvió como si nada y la única explicación fue que estaba trabajando. Le dije que era mentira, empezamos a discutir y entonces me golpeó”, declaró la mujer.
La denunciante resaltó que, además de golpearla, el comisario retirado la amenazó con quemar su casa si lo denunciaba. “Te puedo prender fuego la casa. Pensá el calor que hace y vos fumás. Sólo falta una chispita”, fueron las palabras de acuerdo a la denunciante.
Afectada por la situación, la mujer expresó su temor a represalias ya que señaló que vive sola y aún no había recibido el botón antipánico. El violento episodio habría ocurrido entre las 19 y 19.30 del jueves. Luego del altercado, el ex policía habría dejado el domicilio sin retirar sus pertenencias.
En tanto, la víctima solicitó asistencia a la Línea 137 y radicó la correspondiente denuncia ante la Comisaría de la Mujer, donde mencionó que hubo episodios de violencia previa, pero nunca tan graves como lo que sucedió la tarde del jueves.
“Por ahí no le gustaba algo y me empujaba, pero después me pedía perdón y decía que iba a cambiar, decía que andaba nervioso por el trabajo y otras excusas. Todo empeoró cuando vino a vivir conmigo porque no aportaba nada, siendo que tiene dos sueldos y aparte hace seguridad privada. No se le podía decir nada. La gota que colmó el vaso fue el miércoles que no volvió y me salió con excusas, entonces le dije que se vaya y quedó loco”, declaró.
En relación a los golpes, la mujer presentaba hinchazón en la cara y arañazos en los brazos. “Quiero que esto se sepa porque no me dieron el botón antipánico y tengo terror que me haga algo. Esta persona tiene muchos contactos y está acostumbrado a manejarse así”, señaló.
Fuente: Misiones Online
