Mediante trucos digitales, Rusia difunde y amplía la desinformación respecto de la invasión a Ucrania. De esta manera, sus videos de propaganda de guerra evadan las restricciones impuestas por gobiernos y compañías tecnológicas.
Son las cuentas vinculadas con la prensa estatal rusa quienes promueven decenas de videos en 18 idiomas. “Ninguno deja señales claras que revelen su fuente”, dicen los expertos en Nisos, una firma de inteligencia con sede en Estados Unidos que monitorea la desinformación y otras amenazas digitales.
En resumen, los videos divulgan teorías de conspiración que apuntan a Ucrania como responsable de bajas civiles. También afirman que los residentes de las zonas anexionadas por Rusia a la fuerza dieron la bienvenida a las tropas de ocupación.
Estos videos, en su versión en inglés, circulan por Twitter y plataformas menos conocidas pero populares entre los conservadores estadounidenses, por ejemplo, Gab y Truth Social, creada por el expresidente Donald Trump. Así, Rusia accede de manera directa a millones de personas.
Además, fueron creadas las versiones de los mismos videos en español, italiano, alemán y más de una decena de otros idiomas.
Las trampas digitales para esquivar las barreras
“El genio de ese enfoque es que los videos pueden ser descargados directamente de Telegram y eso borra el rastro que los expertos tratan de seguir”, explicó Patricia Bailey, analista sénior de inteligencia en Nisos. “Son creativos y se adaptan. Y están analizando a su público”, enfatizó.
Rusia encontró estos métodos luego de que la Unión Europea prohibiera RT y Sputnik, dos de los principales medios de noticias estatales en el país. También YouTube, Google, Facebook e Instagram anunciaron que prohibirían contenido de esos medios dentro de la Unión Europea.
Por esto, crearon nuevos sitios web para publicar videos que desvirtuaban la información sobre la guerra. Ahora, Nisos descubrió la práctica de subir videos de propaganda a Telegram, que al ser una plataforma apenas moderada resulta ideal para los fines rusos.
Incluso las marcas de agua en los videos de RT se retiraron para ocultar su origen. Una vez en Telegram, los videos fueron descargados y publicados en plataformas como Twitter, sin mostrar indicios de que había sido desarrollado por la prensa rusa.
Las cuentas que colocaron o repitieron los videos fueron vinculadas por investigadores de Nisos a las fuerzas armadas, las embajadas o la prensa estatal de Rusia. Algunas de las cuentas utilizaban fotos de perfil falsas o colocaron contenido de un modo raro, lo que demostraba que no eran auténticas.
