Mientras el intendente de Puerto Iguazú decidió cerrar las fronteras del municipio e impedir el ingreso de personas sin residencia en el municipio, incluido el bloqueo del centro de frontera del puente internacional Tancredo Neves, se conoció un dato inquietante: en menos de una semana más de 9 mil turistas utilizaron este paso fronterizo para regresar a la Argentina desde Brasil.
Ante esta situación el riesgo sanitario se disparó teniendo en cuenta que se concentran miles de personas provenientes de diferentes partes del mundo en la Aduana argentina debido a que Brasil todavía tiene vuelos por lo que muchos turistas llegan hasta San Pablo (Ezeiza está cerrado) y bajan hasta Foz para ingresar al país.
En este contexto, el intendente Filippa decidió preservar la salud de los 90 mil habitantes y trabajadores de su municipio y ahora recibe el respaldo que se esperaba, de las autoridades nacionales. "Esta es una decisión que tomó el municipio de Puerto Iguazú. A raíz de verse desbordada la capacidad y que ya pone en riesgo a la población eso es lo que expresa el intendente. La decisión de impedir el paso de todos", manifestó en declaraciones a canal 12, el diputado nacional Ricardo Wellbach.
Previo al anuncio del presidente Alberto Fernández, de suspender la repatriación de argentinos desde el exterior, el legislador misionero ya anticipaba que esa acción estaba en estudio y uno de los fundamentos era precisamente la situación que vivía Ezeiza.
"Es el primer paso más importante del país, después viene Iguazú. Allí se cerró el aeropuerto para ingreso y aquí en la costa nuestra no. Por eso lo que dice el intendente de Iguazú es que esto se debería haber hecho con la responsabilidad plena de Nación, para que esta gente tuviera todas las garantías sanitarias, tanto los habitantes de Iguazú como los que vienen de viaje".
