Se publicó este lunes en el Boletín Oficial la Resolución 661/2022, dispuesta por la Secretaría de Energía, que dicta que aquellos que no se hayan inscripto al registro de subsidios para los servicios de luz y gas recibirán la facturación como “hogares de altos ingresos”.
Desde la cartera que encabeza Flavia Royón se aclaró que “aquellos servicios que no hayan sido identificados como pertenecientes a beneficiarios y beneficiarias de Nivel 2 o Nivel 3 en el padrón informado al Ente Nacional Regulado de la Electricidad (ENRE), al Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), a los entes reguladores, a las autoridades provinciales y/o a las empresas prestadoras de los servicios públicos de distribución de energía eléctrica y gas natural por red, deben recibir el tratamiento correspondiente a usuarios y usuarias residenciales de mayores ingresos (Nivel 1)”.
Muchos usuarios -alrededor de 65.000 hogares- renunciaron a acceder al beneficio a principios de septiembre, cuando se decidió que quienes estuvieran inscriptos no podrían comprar los US$200 mensuales de dólar ahorro.
En total, se trata de casi el doble de quienes ya habían desistido apenas se dio la opción: hasta el 31 de agosto, eran unos 25.000 los hogares que habían hecho uso de la baja del formulario Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE).
Cómo queda el esquema de segmentación de tarifas
Cabe resaltar que quienes no se hayan anotado para recibir el beneficio pasarán a ser considerados de “altos ingresos” como aquellos que efectivamente por su poder adquisitivo pertenecen al Nivel 1. Todos estos dejarán de recibir el aporte estatal por completo y en tres etapas: un 20% en septiembre y el resto entre noviembre y enero próximo. La quita completa se hará efectiva a comienzos de 2023, pero ya desde octubre se percibirá el aumento.
Según las cifras obtenidas al momento, unos 5,9 millones de hogares perderán el beneficio -sobre un total de 14,9 millones- para el servicio de electricidad. Hasta noviembre, tendrán un aumento promedio de $850 por factura. Por su parte, unos 4,1 millones dejarán de percibir la tarifa de gas subsidiada, sobre un total de 9,7 millones de hogares.
En el Nivel 2 se encuentran las personas de bajos ingresos. Son, según cifras oficiales, cerca de de 6,5 millones de inscriptos que no tendrán aumentos. En este grupo se incluyó de forma temporal a quienes reciben la tarifa social.
Por último, los hogares de ingresos medios forman parte del Nivel 3. En total, 2,5 millones mantendrán el subsidio y solo pagarán una tarifa más alta en caso de superar el tope de consumo de 400 kwh mensual, en el caso de la energía eléctrica.
Dada la gran cantidad de usuarios que quedaron enlistados en el grupo de mayores ingresos, desde la Secretaría de Energía intentan detectar los casos que puedan ser errores de inclusión: ya sea porque no se anotaron en el registro (por desconocimiento o por falta de conectividad) o porque hubo errores en la información brindada.
Cabe subrayar que quienes cuentan con una tarifa social mantendrán los valores actuales aunque no se hayan inscripto en el registro. Sin embargo, esto será de manera temporal: la idea es que todos los usuarios registren sus datos para conservar el beneficio.
La Secretaría de Energía mantendrá abierto el RASE para que se informen las modificaciones en los ingresos o en el uso de los servicios (mudanzas, cambio de titularidad, reducción del patrimonio), ya que esto podría generar un cambio de nivel. El objetivo es apuntar a que las actualizaciones puedan hacerse en forma mensual.
