La inflación de abril fue un golpe al mentón para un gobierno que venía tambaleando en materia económica y ahora los temores están puestos en los números que puede alcanzar en 2023. Sin embargo, también el foco está puesto en lo que puede ocurrir en términos de pobreza e indigencia, dos de los índices que se ven arrastrados por el crecimiento de precios.
Justamente, este martes, el Indec dara a conocer los números de la Canasta Básica Alimentaria y Total que permiten establecer los pisos para no caer en la pobreza como en la indigencia. Estos números se ven fuertemente impactados por el crecimiento inflacionario en rubros como alimentos y bebidas, indumentaria y servicios.
Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, se supo que para que una familia de cuatro miembros necesito por lo menos $119.742,08 para no ser considerada en situación de indigencia, $208.568,76 para no quedar comprendida en la pobreza y $320.278,95 para ser considerada de clase media.
En ese sentido, los efectos de la inflación de abril están por verse, siendo que se trata del índice más alto desde abril de 2002, donde alcanzó el 10,4%. También, se trata del registro interanual más elevado desde 1991, donde había sido de 115%.
Un informe de Ecolatina sostiene que la inercia inflacionaria está cada vez más fortalecida debido a los ajustes de precios que son cada vez más frecuentes y mayores. Todo se da en un marco de creciente incertidumbre sobre los futuros costos de reposición producto de las restricciones a las importaciones, la volatilidad en la brecha cambiaria y la incertidumbre propia del proceso electoral.
Los alimentos empujan a la inflación y aumenta la preocupación
La Canasta Básica Alimentaria, que es el conjunto de bienes que satisfacen las necesidades nutricionales de las personas, teniendo en cuenta los hábitos de consumo de una población determinada, es una de las principales mediciones que se hacen para medir qué cantidad de gente está por debajo de la línea de la pobreza.
En ese sentido, la inflación que se viene registrando en Alimentos y Bebidas es cada vez más preocupante, después de que en abril registrase un 10,4% de aumento y se ubicará por cuarto mes consecutivo por encima del promedio del indice mensual.
De hecho, en el primer cuatrimestre del año, los alimentos subieron 9 puntos más que el nivel general que se ubicó en el 32%. A pesar del programa de Precios Justos, los precios de los productos de consumo masivo crecieron un 7,7%.
“El mayor incremento de los precios de alimentos y bebidas afecta relativamente más a los que menos tienen, en tanto utilizan una mayor proporción de sus gastos en satisfacer estas necesidades básicas, así como en indumentaria”, señalan desde la consultora.
Y agregaron: “En este sentido, tomando datos de INDEC, encontramos que mientras que la inflación del primer cuatrimestre fue de 30,7% para el 10% más rico de la sociedad, el guarismo fue de 33,1% para el decil más pobre”.
Para tomar noción de los aumentos, Focus Market hizo una comparación de cómo eran las ofertas en 2007 cuando terminó el primer mandato de Néstor Kirchner y cuáles fueron los aumentos hasta ahora. En ese sentido, señalaron que el gobierno de aquel momento perdió “dos capitales de gestión que fueron baluarte como era el superávit fiscal y comercial”.
“A partir de ese año ese patrimonio que mantenían en pie las cuentas, con una inflación de un dígito, mercado cambiario estable y economía en crecimiento sostenido comenzó a perderse. Han pasado ya 16 años de aquel tiempo y no se ha podido revertir el deterioro de nuestra economía en forma constante a lo largo del acumulado de todo el período”, explicó el director de la consultora, Damián Di Pace.
Por ejemplo, 1 kilo de Bife angosto, 1 kilo de Cuadril de novillito y 1 kilo de Carne picada, en 2007 tenían un precio de $7,99, $8,99 y $2,99, respectivamente. Y en 2023 el kilo de los mismos cortes de carne, comprados en el mismo lugar, tienen un precio de $1.820 (aumento del 22.678% ), $1.800 (aumento del 19.922%) y $1.250 (aumento del 41.706%), respectivamente.
Mientras que el efecto se ve en otros productos como la leche, la yerba o el pan, que en 2007 tenían un precio por kilo de $1,61, $4,35 y $2,49, mientras que en 2023 estos mismos productos tienen un precio de $340 (+21018%), $909 (+20797%) y $720 (+28816%), respectivamente.
Las proyecciones para la inflación de mayo
Mientras el Gobierno esperaba que haya una mejora en los números de la inflación desde marzo, las consultoras sostienen que mayo podría tener números aún peores a los que se vieron en abril. En ese sentido, podría ser uno de los índices más alto desde principios de los ‘90.
De hecho, el número más alto que se registró en los últimos años fue en enero de 2016 en el primer mes de gestión del Gobierno de Mauricio Macri que estabilizó el mercado cambiario con el valor del dólar blue con un 9%. Dicho esto, los números de mayo estarán cercanos a esa cifra.
De acuerdo a Ecolatina, en el mes impactará principalmente la suba en las tarifas de electricidad y de gas, el aumento en el transporte público en el AMBA como el crecimiento de los combustibles. También tendrá efecto la crecida del dólar, que se registró a fines de abril como también el impacto durante este mes.
“El proceso inflacionario adquirió una dinámica propia difícil de frenar, frente a expectativas que vuelven a desanclarse, la falta de credibilidad en los hacedores de política económica para coordinar expectativas y la ausencia de un programa de estabilización”, señaló la consultora.
En tanto, la Fundación Libertad y Progreso apostó por un piso del mes de mayo que se centrará en el 8,6% y que podría ubicarse arriba del 10,4%.
“La dinámica de las últimas semanas muestra que el piso de inflación es cada vez más alto. La suba de tasas de interés logró contener por el momento la corrida cambiaria, pero el salto del nivel tuvo un fuerte impacto en los precios. Aunque claro está, a expensas de elevar el déficit cuasifiscal”, explicó Lautaro Moschet.
“A su vez, cada vez hay más bienes y servicios indexados en la economía que se actualizan mensualmente. Dado el contexto, la única forma de bajar la inflación es mediante un plan de estabilización creíble y lamentablemente el gobierno no se encuentra en condiciones de realizarlo”, completó.
