El jardín y el nivel primario del Colegio de Cadetes de la Fuerza Aérea Argentina en Córdoba sufrió cuatro robos en cuatro días y por eso no pudieron iniciar las clases este lunes. Como si fuera poco, los ladrones defecaron dentro de un aula y dieron vuelta toda la institución.
Desde el 14 de enero, el centro educativo ubicado en barrio Villa Adela fue violentado en ocho oportunidades y lo de este fin de semana fue la gota que rebalsó el vaso. “Entraron por las ventanas, se llevaron los ventiladores y la indumentaria deportiva de los chicos y rompieron las puertas”, dijo una madre indignada en diálogo con ElDoce.
![Las aulas del centro educativo quedaron revueltas.](https://viapais.com.ar/resizer/BDbmqXYGYBBzhejEJKpR1xzFJn4=/1023x575/smart/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/grupoclarin/VIR57ZER4RFXXGZ7WXOMKXIPKQ.jpg)
“Lamentablemente, es muy triste ver que un establecimiento con una gran asistencia de personas se arruine de esta manera”, expresó la mujer. Respecto a los últimos dos robos de este fin de semana detalló que el primero fue el sábado cuando ingresaron por el jardín, abrieron las ventanas y rompieron juegos didácticos.
Los malvivientes tomaron algunos elementos y volvieron al día siguiente para apoderarse de los ventiladores que son más que necesarios en estos días de calor. Además, entraron a un depósito y se llevaron la indumentaria deportiva y elementos de boyscouts, según contó la vocera de las víctimas.
![Se llevaron los ventiladores de las aulas.](https://viapais.com.ar/resizer/rKZkexOCIsM_3ygnbkFV9_E5Gmk=/1023x575/smart/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/grupoclarin/3GKNMZ4DTVDVTHLPNT64UDHRUU.jpg)
El momento que asqueó a todos en Villa Adela
“Seguro fue un grupo de cuatro o cinco personas que estuvieron todo el día y se fueron porque sonaron las alarmas”, analizó la mayor de edad. A la bronca acumulada por el desastre se sumó un acto asqueroso:” Defecaron en el piso de un aula”.
Este lunes y martes, los alumnos de la institución no recibieron clases ya que los uniformados realizan los peritajes correspondientes. En paralelo, hay hierros de rejas a lo largo del predio y alguien podría salir lastimado.
“Las maestras y las madres ponen el dinero para reponer los elementos usurpados y dañados”, contó una madre que lleva a su hijo a la institución que ahora “vive con miedo” y reclama por una presencia policial que está ausente en el sector.