Fue atacado en la noche del lunes y esta mañana su palabra fue muy solicitada en los medios cordobeses, en los que revivió el horror que le tocó atravesar y contar que conocía bien a las personas que amenazaron con degollarlo.
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A pocas horas de la agresión que podría haberle costado incluso la vida, el colectivero Ezequiel Castagna, chofer de la empresa Ersa, relató que sus agresores eran una pareja que “no quisieron pagar el boleto, ya lo habían hecho varias veces. Yo los conozco porque son usuarios”, dijo a primera hora del martes a Radio Nacional Córdoba.
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Luego, a la indefensión que sufre a diario en su colectivo le suma otra decepción más del gremio: “No tuve respuestas del sindicato. Sólo de mis compañeros, que se movilizaron para parar la línea”, protestó con resignación,
Finalmente, opinó sobre la deficiente calidad del servicio del transporte de la ciudad de Córdoba, un problema crónico: “La gente está cansada, las líneas a veces no están con los coches necesarios. Estamos complicados con eso”, finalizó.
