La increíble travesía de Sabrina Senestrari, una cordobesa de 31 años que escaló el Aconcagua para homenajear a su padre fallecido por Covid-19, se hizo conocida en las últimas horas y emocionó a más de uno. Es que, tras la muerte de su padre Marcelo, en febrero de 2021, la joven se había propuesto llegar al pico más alto del continente para esparcir sus cenizas y lo logró.
“Siempre dijo que quería estar ahí, en Los Andes. Así que decidimos llevarlo hasta el lugar que había elegido”, aseguró Sabrina, recordando las extensas cabalgatas que emprendían juntos por la cordillera. “Cabalgábamos con dos amigos suyos que son como tíos para mí. Nos llamábamos Los Castores de Los Andes. Íbamos por los hitos del cruce sanmartiniano”, añoró la mujer en diálogo con El Doce.
Según contó la joven, el duro entrenamiento para subir el cerro le demandó seis meses. En tanto, desde que salió de la base junto a sus acompañantes hasta que llegó a la cima, Sabrina tardó nada menos que 16 días.
Pese a la complicada travesía y a los obstáculos que fueron apareciendo en el camino, la joven hizo cumbre el pasado 6 de febrero y por fin pudo colocar la placa de su padre y esparcir sus cenizas. “Fue una satisfacción y una liberación por cumplir con algo que él quería. Yo no hubiese ido al Aconcagua si no hubiese sido por mi papá”, señaló, claramente emocionada.
Cabe recordar que Marcelo Senestrari era un reconocido traumatólogo cordobés que se desempeñaba en el hospital Tránsito Cáceres de Allende, en la mutual de la Policía de Córdoba y en la Universidad Nacional de Córdoba. El médico falleció el pasado 9 de febrero de 2021 a causa del coronavirus.
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