Vecinos de Capilla del Monte reclaman la aparición con vida de Cecilia Basaldua

Este viernes, un grupo de vecinos y allegados de Cecilia Basaldua, unieron sus voces y llevaron adelante una protesta en las calles céntricas de la ciudad de Capilla del Monte con el fin de ser oídos ante el reclamo que sostienen hace unos veinte días: "¡Dónde está Cecilia!".

La búsqueda oficial inició el pasado 10 de abril, tras cinco días sin rastros de Cecilia, una mujer de 35 años oriunda de Buenos Aires y que se encontraba de paso por la localidad vecina desde el 18 de marzo en donde finalmente la sorprendió la cuarentena obligatoria.

Amante de los viajes y de travesías por diferentes países, tan sólo con su mochila a cuestas, recorriendo America Central durante unos cinco años, finalmente fueron las sierras cordobesas su último lugar de destino, según se conoció, para terminar de escribir un libro y para vender la artesanías a las que tanto tiempo les dedicaba.

Según el propietario del lugar temporario en donde se hospedaba, la última vez que la vio fue el domingo 5 de abril, día en que además, habría discutido con la mujer y es el principal testigo del hecho denunciado recién el día miércoles 8 de abril luego de que el hombre le informara lo ocurrido a los familiares de la joven en Buenos Aires.

Desde entonces, se puso en marcha un operativo policial con efectivos de diferentes fuerzas, Gendarmería, Policía de Córdoba, Defensa Civil, y hasta el aporte del helicóptero de la Provincia que sobrevoló en varias oportunidades diversos sitios de dicha localidad serrana, tomando en cuenta como "punto cero", una zona conocida como "Tres Puentes", lugar en donde encontraron la mochila de la mujer con pocas pertenencias en su interior.

La protesta de este viernes fue organizada y llevada a cabo por el "Movimiento Plurinacional de Mujeres de Capilla del Monte", como medida de lucha y de una búsqueda inmediata de respuestas, las cuales continúan siendo negativas, sin rastros, sin pistas firmes, y sin sospechosos en una causa que lleva veinte días de un un tiempo irrecuperable y con el incremento diario de un temor desolador.