La siembra de pasturas perennes asociadas a cultivos agrícolas de invierno

Sembrar en invierno traer con eso beneficios económicos para el establecimiento, ayuda en tener un suelo mas trabajado y mas eficiente, también trae beneficios en poder alimentar animales sin tener que comprar alimento.

Pasturas de invierno
Pasturas de invierno Foto: ViaC

La fecha óptima para la implantación de las pasturas perennes (PP) en el centro-norte de la provincia de Buenos Aires es el inicio del otoño, fines de marzo-abril, sin el uso de acompañantes anuales que interfieran en el logro de las especies permanentes, de lento crecimiento inicial. Sin embargo, el establecimiento de las PP, en los modelos mixtos agrícola-ganaderos está condicionado por aspectos que tienen que ver con el sistema de producción en su conjunto y la PP es sólo una parte, aunque no menor, de una visión integral que se debe tener del mismo.

siembra pasturas
siembra pasturas

La siembra conjunta de PP con cultivos agrícolas de invierno (CI) es una práctica alternativa en la región. Las ventajas que presenta esta técnica serían: beneficios económicos en el establecimiento, eficiencia en el uso del suelo, utilización conjunta por parte de la agricultura y de la PP del fertilizante fosforado y menor erosión en ambientes edáficos con este riesgo. Las desventajas pueden ser: menor producción de forraje inicial, mayor probabilidad de fallas en la implantación de algunas especies integrantes de la PP, que dependen de las condiciones climáticas sobre todo en años de veranos secos en donde suelen perderse las plantas de alfalfa, entre otras.

Las forrajeras no ejercen efectos negativos directos sobre los cereales, con excepción de las leguminosas de porte erecto, siendo el caso más común el trébol rojo, que suele complicar la cosecha de los CI. El acompañante agrícola puede ser afectado en forma indirecta por la PP. Por ejemplo, la presencia de malezas de difícil control por determinados herbicidas, debido a la presencia de la PP. La acción de interferencia, dada por la competencia que puede ejercer el trigo, la avena o la cebada sobre la PP, es por: luz, agua y nutrientes. Este efecto es menor en CI como lino, que dejaron de sembrarse en la región, salvo en el sur de la Mesopotamia, y que ejerce menos disputa por recursos, en condiciones de alta fertilidad.

Vaca en pastura de invierno
Vaca en pastura de invierno Foto: ViaCampo

En las siembras asociadas pueden presentarse diferentes niveles de esta competencia dada por: la especie y la variedad del CI, época, densidad y sistema, condiciones climáticas del año, fertilidad del potrero y el distinto comportamiento de las forrajeras. En general, las leguminosas son más aptas para ser sembradas con la agricultura de invierno que las gramíneas, aunque existen diferencias dentro de cada familia, así en las primeras el trébol rojo es el menos perjudicado con esta técnica siguiendo en orden la alfalfa y el trébol blanco y por último los menos adaptados son los diferentes lotus. Aunque el trébol blanco se establece en forma satisfactoria en el mediano plazo por la capacidad de germinación escalonada de su semillas duras que presente esta leguminosa. En las gramíneas, el pasto ovillo y la cebadilla criolla se logran con mayor seguridad que la festuca alta y los falaris bulbosa que se cultivan en el país.

Los CI asociados determinan que la presencia de malezas se vea reducida con respecto a PP sembradas sin acompañante. A mayor crecimiento de estos últimos menor infestación con espontáneas durante el establecimiento; sin embargo, los cereales más competitivos dejarán más suelo desnudo después de la cosecha, lo que permitiría la posterior instalación de malezas anuales y perennes.

Asumiendo que se decide implantar una PP con un CI, las prácticas recomendadas se resumen en:

  • Selección del lote: considerando fertilidad del mismo, presencia del banco de semillas no deseadas y susceptibilidad a la erosión. Se deben evitar los suelos extremos: muy fértiles o de muy baja fertilidad y aquellos potreros con malezas anuales de difícil control y perennes tales como el gramón. En suelos de altísima fertilidad las anuales son muy agresivas y en los muy pobres la interferencia se ve aumentada.
  • Elección del CI menos competitivos. En orden decreciente la agresividad sería: trigo ciclo corto, trigo ciclo largo, cebada y avena.
  • Época de implantación: evitar en el caso de trigo, las tempranas con variedades de ciclo largo.
  • Densidad de siembra del CI: en el caso de trigo disminuirla de un 30 % con respecto a la normal para la zona, restando su rendimiento en sólo alrededor de un 10 %.
  • Distancia entre hileras: realizar el establecimiento del cereal a 30-35 cm entre hileras.
  • Si es posible sembrar en dos operaciones, en la primera el CI y luego cruzado las forrajeras para poder ajustar la profundidad de colocación de la semilla, ajustada a cada cultivo.
  • Elegir las especies integrantes de la pastura más aptas.
  • Densidad de siembra de las forrajeras: mantener o aumentar las densidades normales de aquellas usadas en las implantaciones de otoño.