Conocido es que no hay un gran fanatismo dietario por el queso en la China, pero este es un sencillo ejemplo de cómo es más fácil mover el armado del mercado cuando se dispone de la masa crítica latente que puede cambiar sus hábitos de consumo en un corto plazo, esta vez de manos de los jóvenes, haciendo aparecer un nuevo negocio en ebullición tan simplemente con solo el paso de algunos años.
Los precios internos relativamente altos de la leche han hecho que el costo de producción del queso natural sea mucho más alto que en otros países. Además, la tecnología y el equipo para la elaboración están subdesarrollados, prefiriéndose entonces la importación de este producto.
Con este fomento a la adquisición vía importación, la misma se pronostica que se incrementen en un 17%, a 155.000 toneladas, en 2021, respaldada por una fuerte demanda.
Los principales proveedores siguen siendo Nueva Zelanda y Australia, quienes han firmado un acuerdo de libre comercio con China.
Se espera que EE.UU., el tercer mayor proveedor, aumente sus envíos luego del proceso de exclusión arancelaria.
Los productores de queso de la UE probablemente se beneficiarán de un “borrador” de acuerdo firmado en septiembre, que proporciona protección adicional para los indicadores geográficos.
La Asociación de Productos Lácteos de China informa que el consumo per cápita de queso probablemente alcanzará los 0,5 kg en 2028, alrededor de 5 veces el nivel actual.
Así que sería muy bueno preparar una campaña argentina para la exportación de quesos de acuerdo a los gustos del comprador, donde seguramente seremos competitivos, ya que uno de los dos proveedores, Australia, está siendo duramente tratado por China debido a la conducta puesta de manifiesto por dicho país, en relación a la culpabilidad que le asignan a China en el desarrollo del virus del covid-19 a nivel mundial, lo que le ha costado severas restricciones a las exportaciones australianas como ha ocurrido con la cebada cervecera y la carne vacuna que han sido aprovechadas por países como el nuestro.
