El juicio por la agresión de un menor de edad a Arturo López, un playero de un estacionamiento ubicado en el barrio porteño de Monserrat, está en la etapa final. López permanece internado y con graves secuelas, mientras que su agresor está con prisión domiciliaria.
El ataque sucedió en noviembre de 2021. Durante la jornada de este lunes declaró la familia de la víctima y mientras se esperaba que este martes el juez Villanueva dictará la pena, finalmente decidió pasar a un cuarto intermedio para el jueves y, problablemente, el fallo tenga lugar el viernes.
El agresor es Carlos Manuel Andrés, quien al momento de atacar brutalmente al playero era menor de edad. Cabe recordar que permaneció prófugo durante cinco meses, hasta que finalmente se entregó a la Policía. Desde ese momento es que mantiene la prisión domiciliaria.
Las declaraciones de la familia del playero
Este lunes esposa, hijas y médicos que tratan a Arturo López declararon en la causa y manifestaron que sufre de secuelas que le generan dificultad para comprender, además de verse afectada su habla y su motricidad debido al golpe.
En tanto, en la segunda audiencia de cesura, que tuvo lugar este martes, se presentaron informes y testigos del aspecto tutelar del joven que golpeó al playero en un garaje de la calle Moreno al 800.
La pena que pesará sobre Andrés tiene como aval que ya fue declarado culpable por el sistema procesal juvenil de la Ciudad de Buenos Aires por lesiones gravísimas en un primer juicio. Este delito tiene penas de 3 a 10 años.
Cómo fue el brutal ataque al playero
Ocurrió el viernes 19 de noviembre de 2021, cerca de las 17, en el garaje de la calle Moreno al 800, del mencionado barrio porteño de Monserrat.
Los testigos manifestaron que Arturo López fue increpado por su agresor adolescente por un rayón que tenía su auto, el cual estaba estacionado dentro del garage.
Una cámara de seguridad captó toda la secuencia de las imágenes. Allí se puede ver como, de forma sorpresiva, Andrés le propina una brutal trompada en la cabeza a López, quien cae desplomado y queda inconsciente en el suelo.
Inmediatamente, es asistido por los familiares del agresor, quienes tratan de reanimarlo tirándole agua en la cara.
