Un hecho trágico tuvo lugar en Pakistán este miércoles, cuando al menos 12 personas, entre ellas nueve chinos, fallecieron tras la explosión de un autobús que cayó por un barranco, en el noroeste del país. Al momento, se barajan dos hipótesis respecto de lo ocurrido: en Islamabad se habla de un accidente, mientras que en Pekín, de un ataque.
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“La explosión provocó fuego en el motor, hizo que el vehículo cayera en un barranco”, explicaron en el lugar. En el vehículo viajaban ingenieros, topógrafos y personal de mantenimiento mecánico de origen chino que trabajan en la construcción de la presa de Dasu, en la provincia de Jaiber Pastunjuá.
Además de quienes perdieron la vida, hubo alrededor de 28 chinos heridos.
La hipótesis del ataque
Si bien en un comunicado el Ministerio paquistaní de Relaciones Exteriores detalló que el vehículo “cayó en el barranco tras un fallo mecánico, que provocó un escape de gas y que originó la explosión”, trascendió que se abrió una investigación sobre lo ocurrido.
Por su lado, desde China condenaron lo sucedido y lo calificaron de “ataque”, pidiendo a Pakistán que castigue con fuerza a los culpables. De hecho, desde la embajada china en ese país aseguraron que: “Un proyecto de una empresa china en Pakistán sufrió un ataque que provocó la muerte de ciudadanos chinos”, mientras instaban a las sociedades chinas a reforzar sus medidas de seguridad.
A su vez, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, exigió a Pakistán a “castigar severamente” a los autores y a “proteger con seriedad a los ciudadanos y organizaciones chinas” en el país.
Antecedentes
En Pekín mantienen cierta preocupación desde hace tiempo en relación a la seguridad de los trabajadores chinos en los diferentes proyectos de infraestructuras de Pakistán.
Los proyectos financiados por China crean a menudo un resentimiento fuerte en Pakistán, sobre todo entre los grupos separatistas, que estiman que la población local no se beneficia en nada de ellos ya que la mayor parte de la mano de obra es china.
En abril pasado, un atentado suicida tuvo como objetivo el hotel donde se alojaba el embajador chino en Quetta, capital de la provincia de Baluchistán (oeste) y fue reivindicado por Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), los talibanes paquistaníes. Al menos cuatro personas murieron y decenas resultaron heridas.
En mayo de 2019, un ataque contra un hotel de lujo cerca del puerto de Gwadar (suroeste), estratégica para el megaproyecto de infraestructuras Corredor Económico China Pakistán (CPEC), provocó la muerte de ocho personas.
Seis meses antes, un atentado suicida contra el consulado de China en Karachi, la mayor ciudad de Pakistán y su capital financiera, costó la vida al menos a cuatro personas.
En junio de 2020, la bolsa de Karachi, donde hay muchas empresas chinas presentes, fue atacada y hubo al menos cuatro muertos. Estos ataques fueron reivindicados por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA, por sus siglas en inglés).
Asimismo, en 2010, el TTP también perpetró varios atentados en las grandes ciudades paquistaníes, desde su bastión en las zonas tribales, donde albergaba a grupos yihadistas, entre ellos Al Qaeda.
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Tras una operación militar lanzada en 2014 se destruyó la estructura de mando del TTP, lo que trajo consigo una mejora en las condiciones de seguridad en todo el país.
Sin embargo, existen informaciones sobre una reagrupación de los talibanes paquistaníes en los últimos meses en la frontera con Afganistán, desde donde reivindican a menudo enfrentamientos con las fuerzas armadas locales.
Con información de AFP