El adiós a Pablo Calvo, el periodista que escribía con el alma y que marcó a muchos

Falleció durante la medianoche de este jueves como consecuencia del coronavirus. Tenía 53 años.

El adiós a Pablo Calvo
El adiós a Pablo Calvo

Pablo Calvo, Pablín, murió durante la medianoche de este jueves como consecuencia del coronavirus. Tenía 53 años, escribía en la revista Viva y en el diario Clarín. Además era profesor de la Maestría en Periodismo de la Universidad de San Andrés, un fanático de las historias de vida y del club de sus amores, San Lorenzo.

Había dado positivo al testeo de COVID-19 el pasado 10 de abril y su primera internación fue en terapia intermedia, tras cuatro días de contraer el virus. Los últimos días de abril fue de camino a la unidad de cuidados intensivos y finalmente falleció luego de luchar durante 26 días contra el coronavirus.

El adiós a Pablo Calvo
El adiós a Pablo Calvo

Pablo trabajó en las secciones de Política y por el equipo de investigación del diario Clarín, donde había entrado apenas asomados los años noventa. Le encantaba contar que cuando le preguntaron cuánto quería cobrar por su primer trabajo, pidió un café con leche.

El periodista recibió el diploma de finalista del Premio de la Fundación de un Nuevo Periodismo Iberoamericano de manos de Gabriel García Márquez; le escribió al Papa y recibió una respuesta en su casa, de puño y letra de Francisco, a quien entrevistaría poco después en Roma.

Según su entorno, uno de los últimos mensajes que envió fue a su hijo, a quien le dijo: “Sos lo mejor que me pasó en la vida. En dos semanas estamos pateando”. Estaba casado con Diana Baccaro, también periodista de Clarín.

El club de Boedo habló de lo extraordinario de su persona para despedirlo: “Periodista de raza, escritor exquisito y, sobre todo, una persona de una calidez humana extraordinaria. Pablo Calvo, Cuervo de ley y autor de magníficas obras sobre San Lorenzo, falleció a los 53 años, a causa del Covid. Acompañamos a sus seres queridos en tan duro momento”.

El adiós a Pablo Calvo
El adiós a Pablo Calvo

Según Clarín, Pablo era un exacto discípulo de la escritura cuidada, del dato exacto, de la información correcta, pero era capaz de pedirle a su jefe que le permitiera volver al escenario de una nota para registrar olores, sabores, sonidos que se había perdido. Periodismo y piel. Texto y entrañas. Leer cualquier texto de Pablo Calvo es hallar pasión por lo que cuenta. Sea lo que fuere.

Era un soñador empedernido. Para ir a cubrir el Mundial de Rusia se sumó al equipo de enviados de Deportes y cuando volvió se anotó junto a su hijo, León, como voluntario para ir a pintar la popular del Nuevo Gasómetro.

Pablo Calvo escribió cuatro libros: La muerte de Favaloro; Los mendigos y el tirano (sobre una emboscada a vagabundos tucumanos durante el gobierno de facto de Domingo Bussi); Dios es Cuervo y Los Tesoros del Gasómetro. Y era docente en la Maestría de Periodismo de la Universidad de San Andrés.

El adiós a Pablo Calvo
El adiós a Pablo Calvo Foto: Archivo

Los recuerdos de un grande

Los alumnos que han pasado por la Maestría en Periodismo lo recuerdan con mucho cariño, Pablo dejó en todos muchas anécdotas desde su profesionalidad hasta con su lado humano que lograba sacar sonrisas a todos.

En una de sus primeras clases, el periodista entró y escribió en una pizarra “La vida es maravillosa”, para cuestionar a sus alumnos porque creían que esa afirmación era cierta. Más tarde, para conocer a uno por uno les propuso redactar un autorretrato, un reto para cualquier periodista.

Pablín le obsequió a sus alumnos el libro “Los tesoros del Gasometro” de su autoria porque estaba festejando el regreso del San Lorenzo a Boedo y se tomó el tiempo de dedicarle a cada uno unas bellas palabras.

Como profesor alegraba las mañanas con temas como “Amazed” de Paul McCartney y versiones tributo que le hicieron de Dave Grohl y Norah Jones. En otra oportunidad le mostró a sus alumnos el histórico clarinete de Sabat, los llevó a pasear por el barrio y en los recreos compartía un café con sus alumnos charlando con total humildad.