Córdoba: la historia de un puma al que un hombre tendrá que pagar mensualidad

La Justicia ordenó indemnizar al animal que perdió una pata por un trampa suya y ahora vive en una reserva natural en Calamuchita.

El ejemplar hembra de puma sufrió una amputación por una trampa y deberá vivir el resto de su vida al cuidado de los humanos (La Voz).
El ejemplar hembra de puma sufrió una amputación por una trampa y deberá vivir el resto de su vida al cuidado de los humanos (La Voz).

Por un fallo inédito de la Justicia, un cazador fue condenado a pagar una mensualidad vitalicia para un ejemplar de puma hembra, que perdió una pata al quedar atascada en una trampa y que deberá pasar el resto de sus días bajo el cuidado de especialistas en una reserva natural de la provincia de Córdoba.

Es la curiosa historia del propietario de un campo de la provincia de La Pampa, que puso trampas para proteger a su ganado y que causó las serias heridas que motivaron el traslado de esta puma, ahora bautizada Unelén, a un santuario de Villa Rumipal, donde se cuida a estos animales silvestres que ya no podrán sobrevivir por sus propios medios en el ambiente natural.

El caso se trató como un hecho de violencia en perjuicio de un animal de la fauna silvestre y el imputado tendrá que pagar un resarcimiento económico, con una mensualidad de 4.000 pesos, que se irán ajustando con el correr del tiempo y la crónica inflación argentina.

De acuerdo a lo publicado por el diario cordobés, La Voz, en un acuerdo de reparación avalado por la Justicia, el productor agropecuario Sergio Neubauer debe depositar una suma mensual de 4.000 pesos, ajustable cada seis meses.

Con ese dinero se cubre parte de los gastos en alimentación de la puma, en la reserva Pumakawa, donde es atendida desde que llegó el 31 de octubre pasado.

Según la decisión judicial, el incumplimiento del pago desencadenará la continuidad de la causa judicial, que podría terminar con un fallo que ordene la cárcel, indicó Viviana Antoci, intendenta del Parque Nacional pampeano que rescató al animal y encargada de impulsar la demanda penal.

Sobre el nuevo hogar del felino, Kai Pacha, responsable de la asociación civil Pumakawa relató que “está en un proceso de adaptación intenso, pasó de silvestre a cautiva y de entera a amputada. Aún se muestra muy retraída”, dijo y estimó que podría llegar a vivir unos 15 años o más: “nuestra responsabilidad con ella es de todo ese tiempo, el mismo compromiso para quien puso la trampa”, apuntó.