Día Internacional de la Mujer: qué piensan las mujeres sobre los cambios en la sociedad

El punto de vista de la psicología y testimonios de mujeres de diferentes edades y profesiones, que cuentan sus vivencias sobre el tema.

8M. Día Internacional de la Mujer. Foto: Imagen ilustrativa
8M. Día Internacional de la Mujer. Foto: Imagen ilustrativa

El Día Internacional de la Mujer, el cual se celebra cada 8 de marzo, representa un acontecimiento que años atrás lejos podía llegar a considerarse tal como se vive en la actualidad en gran cantidad de países de Occidente.

Los cambios necesarios en las sociedades que se fueron dando de manera paulatina a lo largo de los años tienen una injerencia notable a la hora de autopercibirse las mujeres y los hombres y sobre cuáles son los horizontes que pueden alcanzar y que, tiempo atrás, se veían mucho más difusos.

Desde hace años que el rol de la mujer cambió dentro de las sociedades.
Desde hace años que el rol de la mujer cambió dentro de las sociedades. Foto: José Gutierrez

Desde incursiones más notables en los deportes (el fútbol es uno de los mayores exponentes), hasta ser protagonistas de puestos estratégicos y claves a nivel laboral, el rol de la mujer se ha imbuido de muchas más responsabilidades que durante gran parte del siglo XX no tenían.

En ese contexto, Vía País dialogó con mujeres de diferentes edades (80; 60; 40 y 20 años) y de disímiles profesiones, para entender cómo ven al mundo actual, cómo se perciben y qué sienten o piensan acerca del pasado y del futuro respecto del rol de la mujer.

También, se dialogó con la psicóloga María Sol Montes, que puntualizó la necesidad de abordar estas temáticas desde una perspectiva de género.

Qué piensan las mujeres sobre los cambios en la sociedad: las distintas miradas sobre un mismo tema

Interesante resulta poder abordar el asunto desde diferentes miradas, en donde muchas veces lo etario tiene una influencia notable a la hora de percibir los cambios en la sociedad.

Liliana (80), jubilada, ama de casa y quien supo ejercer en su juventud como maestra de grado y profesora de danza, nos comenta respecto de cómo ve la igualdad en el mercado laboral entre hombres y mujeres y si es que considera que existe tal igualdad: “Yo creo que hay igualdad, es más, muchas mujeres superaron a los hombres. Yo siempre digo que el hombre y la mujer tienen que caminar a la par. Pueden formar grandes equipos”.

En ese sentido, Magdalena (60), artista plástica, afirma que en algunas profesiones “hay posibilidades u oportunidades para el hombre, y en otras hay más para la mujer. Depende qué actividad sea, puede pasar esto”.

Desde su perspectiva, Silvina (40), licenciada en Letras (UBA) y profesora universitaria, dice: “Considero que existe la igualdad ya hace algunos años y se sigue trabajando para avanzar en ello”.

Entretanto, Maia (20), estudiante de Ciencias de la Comunicación (UADE) y periodista, sostiene: “Nunca vi desigualdad entre hombres y mujeres en el trabajo, pero si hay estudios que dan cuenta de la brecha salarial, aunque nunca lo llegué a ver ni a vivir, en ese sentido no vi desigualdad. Sé que existe, pero no lo vi”.

Las profesiones más vinculadas a la “masculinidad”: qué opinan sobre la incursión de la mujer

A la hora de ser consultadas sobre aquellas profesiones más vinculadas a lo “masculino” (jugadoras de fútbol o de otros deportes de contacto, bomberas, policías, obreras, etc.), las mujeres consultadas por Vía País opinaron lo siguiente sobre su mayor incursión:

Liliana (80): “No me parece correcto, dado que el hombre tiene más fuerza física que la mujer para ciertos trabajos como estos”.

Distinta fue la respuesta de Magdalena (60): “Me parece fantástico que las mujeres incursionen más en actividades más orientadas a los hombres, me parece que hay que abrir oportunidades para todos, porque lo que define al final son las capacidades y la calidad de trabajo que uno pone, no importa sea hombre o mujer”.

Respecto del tema, la psicóloga Montes explica: “No hay en sí profesiones masculinas o femeninas, sino que históricamente están ligadas esas profesiones. Por ejemplo, los hombres ‘no lloran’ o desarrollan tareas de fuerza, por lo que se relaciona al género masculino con la fuerza y la violencia y al femenino con la debilidad, por ende hay ciertos puestos laborales o deportes que se asocian a lo masculino”.

Y agrega: “Y cuando la mujer comienza a incursionar en estas actividades sí, repercute en cómo es vista en la sociedad. Y cambia cómo se vinculan hombres y mujeres entre sí. En realidad, que hayan existido esas diferencias en las profesiones es una construcción, ya que no dejan de ser deportes, funciones y demás y pueden ser ocupadas indistintamente por hombres y mujeres. Todas estas construcciones son un poco prehistóricas”.

El fútbol femenino cada vez más en auge dentro de las sociedades.
El fútbol femenino cada vez más en auge dentro de las sociedades.

En ese sentido, Maia (20) comentó: “Para mí, si una mujer cumple con todas las capacidades necesarias, siento que no debería haber exclusión. Las mujeres son muy subestimadas en aquellas profesiones que están vinculadas a la fuerza y se podrían desempeñar mejor incluso que los hombres”.

Más concisa fue la respuesta de Silvina (40): “No hay por qué cuestionar la elección de profesiones si es una vocación”.

Y Magdalena (60) agrega: “Recuerdo que en su momento, cuando comenzaron a incursionar los cocineros masculinos también hubo una movilización, como sucede ahora con las mujeres en el fútbol, porque mucho tiempo atrás se relacionaba siempre a la cocina con la mujer, siempre era una actividad muy femenina”.

Los cambios necesarios en la sociedad para que sea más justa

También, las mujeres en cuestión fueron consultadas acerca de qué cambios verían necesarios para que las sociedades se tornasen más justas.

Liliana fue contundente en este sentido: “Los valores éticos y morales, el respeto, las buenas costumbres, la solidaridad, el pensar en el otro”.

Aunque Maia entendió más este aspecto por el lado de la compensación económica: “Según los estudios del exterior que leo, siento que un salario equitativo no tendría por qué variar si es hombre o mujer. Y sobre los puestos de trabajo, si una mujer está preparada para ocupar un lugar de mando, no se debería poner a duda”.

“Lo mismo con la cantidad de trabajo que se le da a una mujer: se piensa que un hombre puede hacer más cosas, y nada que ver. A veces se cree que la mujer es más sensible, o está en sus días femeninos, o porque puede tener un hijo, a veces no se piensa que la mujer va a tener la fidelidad que tienen los hombres para con su empleo. Eso se tiene que dejar de pensar un poco”, cerró.

La psicóloga Montes también explica que “la mujer resultaba históricamente dependiente del hombre, porque quedaba supeditada al hogar y el hombre tenía esa figura de proveedor. De hecho, hoy existe la violencia económica vinculada a la violencia de género. Sin embargo, los cambios en la sociedad hacen que la mujer vaya adquiriendo cierta independencia. Y hay que tener en cuenta que no hay en ningún lugar donde esté escrito de antemano cómo se deben comportar las mujeres y los hombres y sus roles a cumplir, todo está construido y así como se construyó es necesario que se vaya deconstruyendo”.

El concepto del género, la clave para entender los cambios en la sociedad

En sus explicaciones, la psicóloga Montes hizo énfasis en definir al género como una de las cuestiones centrales para entender los cambios actuales del rol de la mujer en la sociedad

“Resulta imposible abordar estas temáticas sin hablar de género”, dice Montes. “Para eso es importante definir qué es género y entender que es una construcción social y abarca una serie de estereotipos: nadie nace naturalmente como hombre o como mujer, sino con ciertas características físicas y en función de eso ya se le empiezan a adjudicar un montón de atributos, y se le asignan roles”.

“Se empieza a identificar esa condición física con la que se nace con lo que sería a nivel social y cultural un hombre y una mujer y se le adjudican ciertas actitudes y formas en las que se debería relacionar con los demás, o cómo vestirse, etc.”, agrega.

“Y la cuestión de género repercute en cómo uno se desenvuelve en la sociedad y también abarca temas laborales. En este sentido, el rol de la mujer fue cambiando a lo largo de todos estos años y hoy, afortunadamente, las mujeres pueden ganar terreno en ciertos ámbitos que antes estaban más dominados por los hombres (por ejemplo el rol del hombre como trabajador y la mujer más relegada al ámbito familiar) también es una construcción y determina un sistema de creencias y cómo nos movemos en distintos ámbitos y todo eso repercute a nivel emocional, vincular, psíquico, conductual, etc.”.

Y finaliza explicando: “Sin embargo, todos estos cambios no están exentos de muchos prejuicios incluso en la actualidad y todavía sigue habiendo una desigualdad laboral en cuanto a los salarios que perciben hombres y mujeres, pese a que ocupan el mismo puesto y todo esto también trae consecuencias emocionales como frustración, impotencia o angustia”.

La no maternidad y el desarrollo profesional: las decisiones que antes las mujeres no podían ni pensar en elegir

Montes explica que “hubo cambios a estos roles establecidos anteriormente para el hombre y la mujer. Pero también caen en desuso otras cuestiones y muchas veces las mujeres eligen la no maternidad y priorizar sus carreras profesionales o laborales y el hombre comienza a cuestionarse ciertos roles y se corre de esto preestablecido que es el que tiene que salir a trabajar”.

Y la profesional profundiza: “Entonces, el hombre debe ocuparse de cuestiones domésticas y todo esto interfiere e influye en el ámbito familiar”.

En la actualidad, muchas mujeres optan por relegar su maternidad en pos de darle impulso a sus carreras profesionales.
En la actualidad, muchas mujeres optan por relegar su maternidad en pos de darle impulso a sus carreras profesionales.

“Igual, se escucha mucho en el consultorio esto de que las mujeres tienen que ‘pedir ayuda’ para lavar los platos u otras actividades, como si fuese algo intrínsecamente femenino y esto se denomina ‘carga mental’ en la mujer, porque si bien no se ocupa activamente dado que está delegando, igual tiene que pedir esa ayuda, porque el hombre no asume automáticamente estos roles porque está atravesado por un sistema de creencias donde no sería algo que le corresponde hacer, cuando en realidad, no hay tareas masculinas o femeninas, sino que hay tareas, hay profesiones, puestos laborales y pueden ser ocupados tanto por hombres como por mujeres por igual”.