La Escuelita de fútbol del Barrio Ranchos de Luján, una labor que va más allá de la práctica deportiva.

Fue en el año 2013 cuando el playón del Polideportivo del Barrio Ranchos de la Virgen de Luján, en Urquiza y Emilio de la Calle  se revalorizó y volvió a tener vida. Sergio Rodríguez y su esposa, Celeste, acompañados de un gran grupo de trabajo abren su casa todas las semanas para recibir a los más de 50 chicos que se acercan a practicar fútbol, aprender dibujo y música y volver a casa, cuando el prespuesto lo permite, con una cena saludable.

Como dirá Sergio en el transcuros de la entrevista; "la cena no tiene que ver con el hambre, sino llenarlo de otra cosa al chico, porque por ahí la gente lo confunde, más allá de darles una alimentación sana, la idea de la cena es compartir un momento, enseñarles a que antes de sentarse a la mesa hay que lavarse las manos, o comer todos apilados y aprender a respetar al de al lado, y después lo que a uno lo deja feliz es justamente ese  momento de compartir en familia y también con otras personas, con otros niños", asegura.

Cuanta fuerza toma la frase "los chicos copian lo que ven", cuando charlando con "El zapa" como le dicen todos a Sergio, comenzamos a conocer como fue su mundo y su niñez y descubrimos que su presente, rodeado de chicos, los suyos y los ajenos, remite en ese viaje en el tiempo, a su casa, allá en Aparicio, en donde sus padres, siempre solidarios, recibían a todo aquel, que necesitaba un plato de comida o un lugar para dormir.

"En aquel tiempo que por el pueblo pasaba el tren y antiguamente andaban los crotos o gente de paso, sin hogar, mi viejo los recibía, los atendía y nosotros nos críamos así y después mi mamá, cuando nos vinimos a Tres Arroyos, estuvo de cocinera en el comedor del barrio muchos años, siempre hubo gente en mi casa, a mi hace bien, haber seguido con esta costumbre, es algo que me gustar", cuenta Sergio con orgullo, mientras a su lado lo mira atentamente Celeste, confirmando con la mirada todo lo que dice su marido.

Celeste y Sergio, llevan 25 años juntos, tiene cuatro hijos Benjamin, Juan, Ailen, Bautista y uno en camino que todavía no saben el sexo, además a este familión se suma su pequeño nietito Tomas, todos viven en la misma casa, sencilla de barrio, seguramente con muchas necesidades pero con una abundancia de amor, que según Celeste "cuando no hay gente en la casa se extraña el bullicio, es raro".

Las labores estan repartidas, según cuenta Celeste a Vía Tres Arroyos, "yo me encargo de organizar la casa adentro, la cocina está a cargo de Nadia Rodríguez y Tania Orellano, Sergió se ocupa de la escuelita y las clases de fútbol a los nenes, y lo ayudan como colaboradores en cancha, Gustavo Paguegui, y Gastón "el Facha" Di Croce, jugador de Quilmes. Jesica Doufur está en cancha con las nenas, el profe de dibujo es Fabricio y de música Lola que les enseña ritmos urbanos y trap. También hasta el año pasado nos acompañaban los profes, Luciano Saltapé, como preparador físico y nos asistió con las nenas el, "Pili" Julian, dice Celeste.

Durante el verano la escuelita funciona martes y jueves de 18.30 a 20.30 horas y siempre se suma un tercer día para el taller de música. "Los chicos tienen la oportunidad de cantar, bailar hacen coreos, están re enganchados con el tercer día también", explican.

Sergio proyecta en el tiempo y sueña con tener una sede propia, "yo siempre que hablo de fútbol digo que es el atrapa chicos, con una sede o un lugar más grande podemos lograr que el pibe que no está enganchado con el fútbol, tenga otra cosa, darle un taller como para que más adelante tenga una salida laboral, ese es el objetivo, yo soy carpintero y doy clases de carpintería acá también en el barrio, ese es mi oficio", relata.

A la charla se suma Juan, uno de sus hijos adolescentes, "me llena de alegría que hagan esto por la gente, y nosotros como hijos también tratamos de hacer lo mismo, mis amigos se sorpenden un poco de lo que hacen mis padres, la verdad un laburo bárbaro el que hacen", relata con orgullo mientras Sergio, a su lado intenta no emocionarse al escucharlo.

Sergio resume su presente y sin dudas sostiene que, "analizando el tiempo que hace que estamos en esto, creo que hay un 70% de chicos que ya están en otras clubes, que ya se fueron a otros lugares. El otro día hablaba con un amigo de hacer una camiseta, con los colores del barrio, bien representativa y hablabamos de laponerle una estrella, las estrellas en las camisetas representan los campeonatos ganados y nosotros con todo esto un campeonato ya lo tenemos ganado", reflexiona.

La droga no se escapa de la charla para "el zapa", la ecuación es simple, "cuando uno tiene mucho abanadono, cae en esas cosa que es muy dificil salir, muchas veces se da por ausencia de la familia, cosas que por ahí les toca pasar a los pibes que no pueden revertir, nosotros justamente intentamos estar presentes para ellos, poner una cuotita de presencia, darles un lugar, una charla. Que un pibe adolescente este perdido en la droga me duele muchísimo, por eso es importante que la gente que ocupa lugares importantes, los gobernantes, los concejales, los que puedan, se ocupen del tema, nosotros en el barrio hacemos humildemente lo que podemos.", explica Sergio.

Durante el año los chicos de la escuelita de fútbol tienen competencia participando con la representación del Club Central al igual que en la categoría inferiores que lo hicieron hasta el año pasado. Este año solo participaran con el nombre de Central con la escuelita, en inferiores todavía están resolviendo como lo van hacer.

La secretaría de Deportes los ayuda con la asistencia técnica, y también cuando realizan los torneos internos en el barrio, la Municipalidad colabora con los trofeos. "Estos encuentros son importantes porque es el momento que se hacerca la familia, a la canchita del barrio viene, cuando participamos en los torneos con Central ahi les cuesta más ir a ver a sus hijos", cuenta Celeste.

En 2019 el lider de Attaque 77, Mariano Martínez brindó un show en La Casona integramente a beneficio de la Escuelita de Ranchos, "Mariano sigue estando en contacto con nosotros, él lo dijo en un primer momento que venía sumarse, con lo que recaudamos en La Casona fue la cuotita que nos faltaba para hacer viajes, pudimos ir a Tandil, a Claromecó, a un torneo a Aparicio, nos fue bárbaro, pudimos hacer un montón de cosas con ese dinero que no hubieramos llegado sin la colaboración de él", asegura Sergio.

Por último, el Zapa resume facilmente las necesidades que tienen y señala que, "la necesidad más grande que tenemos es que la gente se acerque, que conozca el lugar, que vea, que participe en lo que pueda, él que viene y nos visita solo se va a dar cuenta de lo que nosotros hacemos, de lo que damos y de lo que nos hace falta".