Falleció en Santa Rosa Eduardo Bertello, un histórico vendedor de diarios

Estuvo como canillita por mas de tres décadas con un puesto de ventas en la intersección de la calle Corrientes con la Avenida Luro.

Falleció Eduardo Bertello (Diario Textual)
Falleció Eduardo Bertello (Diario Textual)

Esta semana falleció un conocido canillita de Santa Rosa, que por muchos años fue visto en la esquina de la calle Corrientes y la Avenida Luro, frente a la Terminal de Ómnibus, atendiendo su puesto de ventas junto a su familia.

Eduardo Domingo Bertello tenía 69 años y había sufrido un paro cardíaco mientras trabajaba, lo que lo llevó a estar dos semanas internado en la terapia intensiva del Hospital Lucio Molas, hasta que el pasado domingo su corazón dijo basta.

Lo sobreviven su esposa, Lidia Cejas, con quien cumplió 47 años de casados, 16 hijos y 27 nietos, muchos de los cuales compartieron con él la tarea de vender diarios todos los días, que llevaban adelante, como obliga el oficio, con cualquier condición climática que se presentara.

Bertello con su esposa Lidia, en su puesto de ventas frente a la Terminal (La Arena)
Bertello con su esposa Lidia, en su puesto de ventas frente a la Terminal (La Arena)

Bertello había conocido a su pareja de toda la vida en Salliqueló, hace casi 50 años. Luego pasaron por Bahía Blanca, Embajador Martini, Trenque Lauquen y General Pico, hasta llegar a Santa Rosa en el año 1988, donde se instalaron en la clásica esquina frente a la Terminal.

En ese lugar, hace unos diez años, y luego de las gestiones llevadas adelante por la entonces concejala Claudia Giorgis con la colaboración del Club de Leones, le construyeron un refugio para su puesto de venta, lo que provocó lágrimas de emoción y agradecimiento en este singular personaje de la ciudad, según publica Diario Textual.

Se fue un singular personaje de la ciudad (Diario Textual)
Se fue un singular personaje de la ciudad (Diario Textual)

Mas adelante, el canillita pudo instalar un segundo punto de ventas en la esquina de la Avenida Spinetto con la calle Río Negro, frente al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), alternando con los miembros de su familia para atender los dos lugares, puesto, este último, donde lo sorprendió el paro cardíaco.

"No hay nadie en esta tierra que pueda hablar mal de él. Nunca tuvo un mal momento con alguien. Sacó una sonrisa a todos los que pasaban. Todos lo recuerdan con cariño", dijo Sergio, uno de sus hijos, con la emoción de su memoria.