La puntana Micaela Luján acaba de retener su corona de campeona mundial supermosca de la FIB (Federación internacional de Boxeo) en la Arena de La Pedrera, San Luis. La joven de 23 años está haciendo historia no sólo por tratarse de su tercera defensa sino ser la púgil femenina más joven de la Argentina que se plantó en el ring con un objetivo bien definido.
Transformarse en una icónica persona ó heroína -en este caso-, requiere de un fuerte carácter, personalidad y de una gran responsabilidad. Y la puntana apodada “La Princesita” tiene todo eso y más, para poder abrir espacios a mujeres dentro del boxeo de hoy.
En el deporte más visto después del fútbol, que más medallas olímpicas le dio a la Argentina y con más campeones mundiales, la figura de la mujer crece pero lentamente.
Muchas ya pusieron sus nombres en la historia del boxeo nacional, como la Tigresa Acuña, Yésica Marcos o la Tuti Bopp, por nombrar algunas de las más famosas. Ellas abrieron puertas dentro de este deporte de contacto, pero son pocas las que lograron sostenerse en el mundo del boxeo profesional.
En el Interior del país existen una fuerte realidad: solo algunas pueden mantener en el tiempo una forma de vida boxística de alto rendimiento y son un puñado las que continúan con una perspectiva profesional.
Micaela ‘La Princecita’ Luján hace una semana atrás se subió al ring con un objetivo: defender su corona de campeona mundial supermosca. Y con éste, un propósito: luchar por las mujeres y la igualdad en el deporte.
Así la boxeadora más joven del país ratificó por qué es una referente no sólo arriba del cuadrilátero sino afuera.
“Lo primero que pedí cuando salió la posibilidad de esta pelea fue que sea una noche de mujeres. Creo que era el momento y se logró. Villa Mercedes quedó en la historia y estoy tranquila porque fue un paso más, para esa lucha que tenemos por el derecho de igualdad con los hombres”, confió ‘Mica’, quien disfrutó compartir velada con Jennifer Meza, Roxana Bemúdez, Sol Cudos, Florencia López y Ailén Agrobert en “La Noche de las reinas”.
La primera pelea de Mica
Su primera pelea también fue por un lugar y por el respeto, pero no fue arriba de un ring.
A Micaela le gustaba jugar el fútbol mientras que al boxeo como deporte lo tenía más bien apartado de su vida. Y de tener algún problema en la escuela, recurría a uno de sus muchos hermanos para que la defendiera.
Cuando tenía 12 años su padre se quedó sin trabajo y su abuela -quien era el pilar de la casa- había fallecido, por lo que siendo una niña debió salir a buscar dinero.
“Mis padres iban a buscar leña todos los días para vender y darnos de comer. Y yo decidí salir a cuidar autos en un supermercado para ayudarles un poco con los gasto. Ellos hicieron todo para que no nos faltará el pan en la mesa”, detalló la puntana a Vía San Luis.
Luego, un día, mientras cuidaba autos se encontró con un chico bastante más grande que ella que “intentó quitarme el puesto. Yo lo había conseguido por mérito y me había costado”, justificó.
Y “esa fue la primera vez que peleé”, confesó la medalla de oro en boxeo amateur en una charla con ‘Nada que Perder’, en el Club Jorge Newbery.
La púgil también contó que su infancia no fue fácil. Muchas veces, los mayores de la casa no comían. Tan solo había mate amargo porque “no había ni para el azúcar. Y como ellos, varias veces tuve que decidir si comer o comprarme vitaminas. Hoy puedo decir que valió la pena el esfuerzo”, contó la joven boxeadora, quien también debió lidiar contra quienes la creyeron “sin pasta de campeona”.
“A las cosas hay que demostrarlas con hechos y estar convencida de que sí se pueden lograr las cosas que uno se propone”, aconsejó la joven que recién tuvo su debut en una pelea oficial a los 14 años, en la Sociedad Española de San Luis.
Los números de la campeona
La pupila de José Ahumada tuvo una parada brava el pasado 20 de agosto ante la experimentada mexicana Irma García, a quien derrotó con fallo dividido (95-95; 98-92 y 97-93). Con este resultado la puntana amplió su récord de 11 victorias (3 de las cuales fueron por KOs), un empate y una derrota.
“Micaela es un boxeadora muy capaz, muy inteligente arriba de un ring. Al segundo día que la vi entrenar, estaba convencido que tenía un talento muy grande”, confió hace unos años, el entrenador de ‘Mica’, José Ahumada a La República. Y pese al tiempo de esta declaración, cada día y pelea que pasa, la campeona lo ratifica.
La Princesita obtuvo el título en enero de 2021, en el Complejo Multifunción de Pérez, Santa Fe, cuando en fallo dividido venció a la bonaerense Débora Vanesa Gómez.
Después, el pasado 26 de noviembre, en el “José María Gatica” de Villa Mercedes, cumplió su primera defensa exitosa ante la panameña Nataly Delgado, a quien superó en decisión unánime.
Y la semana pasada retuvo el cinturón por segunda vez ante la mexicana, una zurda que le dio trabajo para vencer.
Este cinturón tiene dueña
“Tiene un corazón muy grande. Micaela, cuando empezó con el boxeo lo hizo queriendo ayudar a su familia. Cuando venía con su bolsa ganada, ese dinero estaba destinada a ropa para los menores de 12 hermanos, y útiles de escuela”, contó el entrenador.
En tanto que después de derrotar a la mexicana, la boxeadora de Villa Mercedes expresó con el cinturón entre sus manos para quién iba esta victoria.
“Esto es súper importante porque es de mi madre, porque cuando se enfermó de cáncer le prometí que iba a ser campeona del mundo y cumplí. Por eso lo defiendo con tanto amor y respeto”, dijo.
Y agregó: “Por mi familia me entreno sin importar nada, con o sin dolor. Con frío o calor. En cuatro turnos por día, de lunes a lunes, y hoy veo los frutos. Estoy contenta y agradecida”, afirmó en el momento más emotivo de la velada.
Su próximo objetivo siempre es enfrentar a las mejores
Bien arraigada a su provincia y a su gente, la villamercedina quiere que su tercer defensa sea en San Luis.
“Vamos a hacer lo posible para que sea en la provincia. De que sea frente a una rival dura, que es lo que yo quiero: tener a las mejores rivales. Siempre digo que gane o pierda quiero enfrentar a las mejores. Creo que quedó demostrado en la pelea frente a Irma (García)”, sostuvo con autoridad y dejando bien en claro cuál es la dirección que quiere seguir.
No hay dudas que “La Princecita” Luján tiene mucho más que piñas para imponerse en el boxeo argentino y mundial. Es una líder innata, con raíces firmes y convicciones para poder potenciar el boxeo femenino.
El futuro está en las exponentes actuales como ella.
