Un hombre asegura que una constructora lo estafó en $165 mil

En noviembre de 2016, Marcelo Liffourrena pagó para que "Uruar" le ampliara su casa, pero la empresa no le fabricó nada. Ya son varias personas en la misma situación. 

Liffourrena muestra el plano de la edificación que pagó y todavía espera. Foto: Héctor Portela
Liffourrena muestra el plano de la edificación que pagó y todavía espera. Foto: Héctor Portela

Marcelo Liffourrena en noviembre de 2016 hizo negocio con la constructora de viviendas Uruar, para que le ampliara una parte de su casa del barrio Justo Daract de la ciudad de Villa Mercedes, al interior de San Luis. Le pagó 165 mil pesos en efectivo y el gerente de la firma le garantizó que, a más tardar, a los siguientes 120 días estaría levantado el primer piso de su vivienda por el que hicieron trato. Hasta ayer, a un año y nueve meses de ese contrato y decenas de promesas después, la compañía no le había puesto "ni un clavo" en su domicilio, denunció ante El Diario de la República.

Liffourrena muestra el plano de la edificación que pagó y todavía espera. Foto: Héctor Portela
Liffourrena muestra el plano de la edificación que pagó y todavía espera. Foto: Héctor Portela

La misma empresa fue denunciada, hace aproximadamente cuatro meses, por Marta Maranguello, otra vecina de Villa Mercedes que acordó con la empresa construir una segunda planta en su vivienda y le entregó 150 mil pesos y hasta principios de mayo la mujer reclamaba que nadie se había acercado a erigir el piso que había pagado.

"Ellos tienen sus oficinas y el galpón donde trabajan a tres cuadras de mi casa, en Presidente Perón 646", contó Liffourrena. Un día, después de ver las publicaciones que la firma hace en su página de Facebook, se allegó para consultar por la construcción de un primer piso, a la altura de su cochera, en su domicilio de calle Córdoba y Guayaquil.

"Fui. El gerente, Nazareno González, me mostró un galpón donde tenían una casa desarmada, me enseñó los materiales y cómo estaban hechas", relató. Le explicaron que si no contaba con el dinero al momento y para "congelar los precios" debía abonar, al menos, dos mil pesos. Añadió que: "Me parecieron serios, creíbles e hicimos trato", recordó y contó que después el personal de la compañía fue hasta su domicilio, tomaron las medidas de la planta a levantar y elaboraron un plano. La construcción implicaba un dormitorio, un baño y una especie de terraza. 

Publicación reciente de la constructora.
Publicación reciente de la constructora.

Por lo que a los diez días, el 11 de noviembre, Liffourrena le pagó a la empresa la totalidad de lo que costaba la ampliación.

"Cuando vi que no pasaba nada, empecé a ir a la fábrica”, contó el hombre y explicó que cada vez que iba al local el gerente le respondía a su reclamo con una excusa y lo despedía con la promesa de que en tal fecha, cuanto mucho, dos meses, le instalarían la planta.

"Me decían que los proveedores no les llevaban los materiales. Otra vez me dijo que se les había accidentado un empleado o que a una familia de Quines o no sé dónde la había agarrado la lluvia y tenían que darle prioridad a esa gente", repasó. "Una vez hasta llegó a decirme: '¿Ves esa construcción que tenemos desarmada ahí? Es la tuya. La semana que viene te la instalamos'. Todavía estoy esperando", agregó.

Marta Maranguello, también fue estafada.
Marta Maranguello, también fue estafada.

Ante la falta de una solución concreta, Liffourrena hace un año envió a la firma la primera de dos cartas documento. A través de Defensa del Consumidor, su abogado y el de la empresa trataron de solucionar el problema en audiencias. "En esas reuniones, él (González) salía con las mismas excusas y promesas. Hasta dijo que un socio lo había perjudicado porque se llevó plata de la sociedad, entonces por eso no pudo hacer la casa que reclamábamos", relató.

En julio, después de mucho tiempo, consiguió que González se contactara con él, luego de que lo escrachara por las redes sociales. "Me siguió prometiendo fechas. 'De acá a dos meses, hago una entrega y la próxima va a ser la tuya', me decía. Con ese cuento estuve hasta ahora. La última fecha de entrega que me dio es para el 13 de setiembre, pero ya no creo más nada", se lamentó. "Yo sólo quiero que me haga la ampliación, porque si me tuviera que devolver la plata sería el doble de lo que pagué en su momento, y que no siga estafando a otra gente porque no sólo venden en la provincia, sino también en Córdoba y tratan de expandirse hasta Neuquén. Acá, en Villa Mercedes, somos varios los que estamos en la misma", concluyó.