A 50 kilómetros de la Ciudad de San Juan, en medio de la nada y a la vera de una calle de tierra, está ubicado el ranchito que por meses sirvió de "búnker" de una poderosa banda narco. Una casa de adobe, con paredes despintadas y cimientos casi desmoronados por la humedad, fue el centro de comercialización de marihuana más grande encontrado hasta el momento en la provincia sanjuanina. El histórico hallazgo se produjo este último viernes y fue dirigido por la Policía Federal, quienes secuestraron del domicilio 193 kilos de marihuana y detuvieron a unas 12 personas.
La vivienda está ubicada en localidad de Media Agua, en el límite con la provincia de Mendoza. Según el informe que publicó Tiempo de San Juan, para llegar al lugar hay que recorrer 5 kilómetros desde la Ruta Nacional 40. Es allí donde operaba la banda narco que tiene entre sus integrantes a un policía de la Comisaría 8va, identificado como Luis Marcelo Díaz, y a un ex agente, Walter Elpidio González, señalado como uno de los "cabecillas" de la red ilícita.
Al ver la fachada del rancho nadie aseguraría que allí se fraccionaba y vendían kilos de marihuana, y mucho menos que en esa humilde construcción se manejaban millones de pesos. Es que el domicilio casi que pasaba desapercibido entre las fincas y viñedos de la zona. De hecho a pocos metros está la bodega ENAV y el tradicional boliche Lazaro. Incluso la "casa de la droga", como menciona el diario digital, está pegada al polideportivo municipal de Sarmiento.
Pero es en esa vivienda, donde vivía Claudia Molina, la única mujer detenida por el caso, es donde este último viernes en la tarde personal de la Federal interrumpió y encontró 193 kilos de marihuana ya fraccionados y listos para su comercialización al mayor. Después de 9 meses de investigación se logró desbaratar una banda narco que hoy tiene a otras 9 personas involucradas, además de las ya mencionadas: Marcelo Javier González, Mario Alberto Mut, Luis Marcelo Díaz, Antonio Orlando Muñoz, Sonny Frank Monteleone, Sebastián Pedro Mercado, José Alberto Romero, Pablo Alberto Pereyra y Gustavo David Morales.
