Violento fue a colocarse una pulsera electrónica y acosó a su ex en Tribunales

Ocurrió en San Juan. La pulsera era para que no se acerque a su ex y la hostigó en la puerta del juzgado.

Violento fue a colocarse una pulsera electrónica y acosó a su ex en Tribunales san juan
Violento fue a colocarse una pulsera electrónica y acosó a su ex en Tribunales san juan

Un violento de San Juan estaba libre pero terminó preso, este viernes, tras una situación insólita en la puerta del Palacio de Tribunales, ubicado en la Capital sanjuanina. Según relató el diario Tiempo de San Juan, todo ocurrió cuando el sujeto, identificado como Franco Nahuel Sisterna (27), fue citado al juzgado para colocarle el aparato electrónico. La pulsera consiste en un dispositivo dual que se le coloca al agresor y a la víctima. Así, cuando el sujeto quiere acercarse a su víctima, el aparato da la señal a la Policía.

Sisterna, estaba citado en el Primer Juzgado Correccional de la provincia para tal trámite y acosó a su ex novia en la puerta de Tribunales. Los dos, habían sido citados en horarios distintos para que él no se cruzara con la joven pero, sabiendo el camino que haría la chica, la esperó afuera e intentó convencerla que desistiera con su denuncia. Una mujer que pasaba por la zona vio la escena y dio aviso a los policías del palacio de Justicia.

Los uniformados salieron y encontraron a Sisterna tomando del brazo a su ex para que no entrara al juzgado. "Cuando le tomamos la testimonial, la víctima se quiebra en absoluto y detalla situaciones donde asegura que ella necesitaba colocarse la pulsera porque estaba en una relación sumamente tóxica, donde a veces tenía recaídas y acudía en búsqueda de su ex pareja", relató el juez Juan Pablo Ortega al medio local.

Sisterna, tenía una medida perimetral por destrozar y pintar con aerosol el auto de su ex novia y el de su ex suegra. Además le enviaba mensajes donde le decía que era una "puta" y que iba a pagar. Para poder convencerla de que no se colocara el dispositivo, hasta le mintió diciendo que ella tendría que pagarlo y que costaba 30 mil pesos. El agresor estaba libre pero terminó preso en el Penal local por violar la restricción.