Unas semanas atrás, la cooperativa textil wichí Lhaka fue distinguida por un premio de Buena Marca brindado por la revista londinense Sublime magazine, reconociendo su ética sustentable social y ambiental. La publicación inglesa es pionera en marcas sustentables desde el 2007.
Lhaka es una industria wichí de San Ignacio de Loyola, en la Ruya 81 kilómetro 1837, del departamento San Martín. Se trata de la primera en su tipo en la que trabajan mujeres y hombres de la comunidad. Empezó en el 2014, como una cooperativa que hace ropa de moda con materia prima de primera calidad.
La fundación Molino Cañuelas fue la que impulsó el proyecto en sus inicios, gracias a su presidente Aldo Navilli, quien visualizaba un emprendimiento a largo plazo con un importante énfasis en la sustentabilidad. 30 personas de la comunidad indígena integran la cooperativa, y todo el resultado de la venta de las prendas regresa a sus manos y la inversión en el proyecto; es decir, no gastan nada en la publicidad.
Catalina Rojas, la coordinadora del proyecto en territorio, expresó que se eligió el rubro textil por ser el más inclusivo, en el que pueden trabajar tanto hombres como mujeres. Además, la prioridad está en el producto, creando una marca donde la gente quiera comprar porque es de buena calidad.
Los diseños y colecciones de Lhaka son hechos por las empresas Uma y Vitamina, distinguidas en el mundo de la moda. Tienen un mismo proveedor de tela premium. Por otra parte, la fundación Molino Cañuelas se encarga de la dirección de la marca, las ventas, la colección, administración, contacto con los clientes y otras actividades.
En distintos puntos del país se venden las prendas confeccionadas por los socios; uno de ellos será pronto jefe de taller, mientras que otro está aprendiendo a manejar para poder realizar viajes internos. Cada 5 de septiembre, Lhaka celebra el día del trabajo y la dignidad con un desfile para exhibir su ropa, con visitas de otras comunidades y familias de la zona.
Esta cooperativa logró una revalorización de la comunidad, y un avance en distintos aspectos, tratándose por ejemplo de la primera vez que muchos trabajan de esta forma. Antes de la existencia del taller, la fundación trabajaba con programas de nutrición, educación, higiene y salud, entregando alimentos básicos para una comunidad con más del 40 % de desnutrición.
Desde que la comunidad cuenta con sus propios ingresos, pueden comprar verduras y carnes que llegan los días de pago en camionetas. Además, gracias a la instalación del taller se mejoró el tendido eléctrico, que hasta entonces era muy precario.
Los interesados en comprar pueden hacerlo en el showroom de Galería Continental, en Salta Capital, donde venden prendas a clientes mayoristas. Los puntos de venta minoristas están en la cuenta oficial de Instagram, donde figuran los revendedores y dueños de locales; tienen también una tienda nube en la página oficial, y el contacto de la distribuidora es el teléfono 3875 97-3864.
Durante la pandemia, el taller se vio obligado a cerrar durante unas semanas, pero al poder reactivar sus actividades con protocolo empezaron a confeccionar barbijos. Sus diseños con telas suaves causaron furor en las redes, tratándose de un elemento tan indispensable en la pandemia.
