¿Qué nos dicen las hojas y sus colores sobre nuestras plantas?

A la hora de conocer las necesidades de cada planta, es importante que sepamos el clima al que pertenece, ya que esto nos aportará buena información; así como también sabremos mucho observando el color de sus hojas:

- El verde intenso indica que son aptas para absorber poca luz, y podrán ser ubicadas en lugares oscuros.

- Si las hojas tienen matices amarillos o rojizos, la especie necesitará mayor luminosidad para sobrevivir.

- Si sus hojas tienen colores grises, son reducidas y tienen pequeños pelitos en la parte superior, resistirá –y necesitará– el sol directo.

Otro indicador de que la planta soportá bien el sol es si emana aromas, ya que su perfume es, en realidad, una nube de aceites esenciales que filtra los rayos de luz para que no impacten de lleno en la hoja. La semana entrante veremos cómo identificar los requerimientos de agua de cada especie.

+ Regiones

Norte + Ahora mejor no fertilizar

Si tiene plantas con alguna deficiencia nutricional, evite fertilizarlas ahora. Es mejor esperar a finales de febrero, cuando disminuyan el metabolismo de la planta y la absorción de nutrientes. Si fertiliza en estos días, el shock podría ser letal.

Centro + Atenti con la enredadera

Ate las guías de crecimiento exuberante de las enredaderas, o bien, pódelas para mantener su forma equilibrada. De otro modo, en pocos días las guías se habrán convertido en palos duros de dominar, y será necesario romperlos para poder darles la forma deseada.

Patagonia + Peras: menos es más

Si cuenta con perales en su jardín, ahora es el momento de realizar un “aclareo” o “raleo” de frutos, una práctica que consiste en eliminar frutos en exceso, como forma para regular la carga. En este caso, deje sólo 1 o 2 frutos por racimo, y así podrá obtener en el futuro una mejor calidad de fruta.

Los lectores consultan

Pedro Sánchez, de Villa Dolores, Córdoba, tiene una pequeña huerta donde los tomates prosperan muy bien. Sin embargo, al comienzo de la floración se amarillean y secan sus hojas, mientras que en la raíz crecen tubérculos blancos.

Pedro, el problema es que en la tierra habitan “nematodos”, unos pequeños gusanos sólo visibles al microscopio, que generan estas deformaciones en la raíz. La única forma de controlarlos es sembrando copetes en esos canteros durante tres años, y nunca dejar que crezca otra planta; así, el único alimento será el copete, que los intoxica y los mata, y con los años desaparecerán. Durante esos tres años, no deje que crezca una sola planta en el cantero, sino se mudarán a ella y ya no comerán los copetes.

Mary Forni, de Códoba, quiere conocer el nombre de una planta que trajo desde Santa Fe hace mucho. Como sabe que crece como árbol, la dejó siempre en maceta para evitar su extenso follaje. Cada vez que se muda de casa, lleva un gajo, ya que la une un lazo afectivo con esa planta.

Mary, la fotografía corresponde a una Euphorbia bicompacta, una planta originaria de Kenia que tiene savia tóxica, por lo que puede generar ampollas al entrar en contacto con la piel. La bibliografía médica la señala como generadora de ceguera si entra en contacto con los ojos. Le sugiero entonces que tenga la precaución de usar guantes cada vez que quiera reproducirla.

Carla nos cuenta que su mamá tiene en su casa de Berisso, Buenos Aires, una planta cuyo nombre desconoce, que produce flores blancas en febrero y tiene hojas que se resquebrajan. Consulta qué cuidados demanda la especie.

Carla, la planta de su madre es un Epiphyllum oxypetalum, conocida popularmente como “Galán de noche” por sus flores nocturnas muy perfumadas en verano. Esta bella especie requiere suelos arenosos con buen drenaje, además de poco riego, ya que podrían llegar a podrirse sus tallos si se riega con mucha frecuencia.