Cartas a Guillermo #867

Una selección de cartas con dudas acerca de cualquier aspecto de tu jardín.

Jardín, Rumbos
Jardín, Rumbos

Cartas de la semana 

Margarita Atencio, de Chacras de Coria, Mendoza, cuenta que tiene una Asclepia que se heló el invierno pasado y rebrotó en primavera y verano, pero muy lentamente. Me consulta qué tratamiento puede hacerle para recuperarla y fortalecerla.

Margarita, no cometas el error de hacerla crecer rápido con fertilizantes, porque nunca se rusticará al frío y continuará siendo una planta débil. Si crece de manera lenta, sus tejidos serán firmes y, en unos años, cuando esté acostumbrada a las heladas mendocinas, la planta sola aumentará la velocidad de crecimiento de acuerdo con el clima que la circunda. Dale tiempo, la naturaleza es sabia.

Raquel, de la Ciudad de Córdoba, tiene varias orquídeas. Después de florecer en la misma vara, una de ellas comenzó a brotar y ahora es otra pequeña planta que está tirando raíces. Raquel consulta si puede separarla de la planta madre y,en ese caso, cómo se hace.

Raquel, incliná el tallo y hacelo tocar la corteza de un tronco blando como el de ceibo o un trozo de tronco de una vieja palmera; doblá levemente las raíces y atalas suavemente sobre la madera, cubrilas con un poco de musgo y humedecé con un rociador con agua sin cloro (esta se logra dejando un recipiente con agua toda una siesta al sol). En primavera, el retoño habrá enraizado en el nuevo sustrato y podrás cortar el pequeño tallo que lo une a la madre para que se independice.

Cecilia Ferreira vive en Los Molles, Traslasierra, cerca de Villa de Las Rosas. Manda la foto de un ejemplar de Guayabo y dice que es la segunda temporada que produce frutos. Pero le llama la atención que no son tantos en relación con la floración que tiene: este año produjo sólo tres, que al parecer han caído antes de tiempo.

Cecilia, por un lado, te comento que la imagen no es de un Guayabo (Psidium guajava), sino de una planta que se llama Acca sellowiana, conocida popularmente como falso guayabo o Feijoa. No te preocupes, que es más bonita que el verdadero Guayabo y su fruta más rica. Se trata de una planta nativa preciosa. Por la fotografía deduzco que debe tener unos diez años y está en los inicios de la etapa de fructificación. En el Jardín Botánico de la Ciudad de Córdoba hay uno que comenzó a fructificar bien después de los doce años. Paciencia, dale tiempo, en unos años no sabrás qué hacer con tanta fruta. Mientras tanto, comé tranquilamente los pétalos de las flores, que son dulces y muy ricos.

Un lector mendocino cuyo nombre no detalla, cuenta que tiene un palto de muchos años que mide unos 5 metros. Como comenzaron a amarronarse los bordes de sus hojas, le colocó potasio y mejoró un poco, pero perdió más del 50 por ciento de sus frutos antes de madurar. Hoy están madurando, pero caen y lucen enfermos por dentro.

Las hojas marrones de la fotografía están señalando que hay sales en el suelo o en el agua. Si no neutralizás el agua o el suelo aplicando gran cantidad de materia orgánica, probablemente sea imposible mantener la planta sana. Esta manifestación se da también cuando los suelos se salinizan por exceso de fertilizantes. En ese caso, habría que evitar fertilizar y lavar las sales con mucha agua neutra o de lluvia.