En el cierre de un año marcado por la aceleración de la inflación en Argentina, este martes se llevó a cabo una reunión clave para la renovación de 360 licencias de taxis en Rosario. Luego de algunos roces con los choferes por la última protesta contra Uber, los dueños de las chapas quieren que se eleve el tope de antigüedad de los autos que utilizan.
Las licencias otorgadas por la Municipalidad en 2013 tienen vigencia hasta el lunes 30 de octubre. Ese día vence la prórroga dictada para habilitar el debate en el Concejo sobre las nuevas condiciones de prestación del servicio.
El proyecto del intendente Pablo Javkin establece una antigüedad máxima de 5 años para las chapas en cuestión, dos más en comparación con el límite original. Esta ampliación garantiza la continuidad de 82 vehículos, pero otros fueron fabricados hace una década y sus propietarios no están en condiciones de reemplazarlos.
Entre los titulares de licencias, Emilio Corbani consideró que el nuevo plazo es “eliminatorio porque desalienta renovaciones intermedias” en cuanto al tiempo de habilitación. “Es casi imposible cambiar el auto. Tenemos problemas con insumos importados y es muy complicado conseguir un crédito”, comentó en diálogo con Radio 2.
Los propietarios pretenden que la antigüedad máxima de los taxis sea de 6 o 7 años. Mientras tanto, la Municipalidad ya atendió otro reclamo y redujo la dimensión de los vehículos a 4,10 metros de largo.
Nuevo reclamo de controles de Uber en Rosario
La discusión sobre el crecimiento de Uber en Rosario derivó este martes en una reunión dentro de la Municipalidad. El coordinador general de gabinete, Rogelio Biazzi, encabezó el encuentro con representantes del Sindicato de Peones de Taxis (SPT) y los dueños de las licencias.
“La unidad de acción en esta batalla nos coloca a todas las organizaciones en un lugar de compromiso”, manifestó Horacio Yannotti. El titular del gremio de los conductores advirtió que no hay “margen de error” para abordar el problema.
