Mientras los pronósticos indican que el humo seguirá afectando a Rosario durante la semana, autoridades provinciales recomendaron evitar la actividad física al aire libre. Según explicaron este martes, de esta manera se puede mitigar el efecto de la contaminación por los incendios en el Delta del Paraná.
La ministra de Salud de Santa Fe, Sonia Martorano, señaló que es aconsejable usar barbijo para salir a la calle antes la propagación de las llamas en las islas ubicadas frente a Arroyo Seco. Si bien las quemas son perjudiciales para cualquier persona, afectan especialmente a quienes tienen enfermedades respiratorias.
“No es momento de hacer actividad física”, sentenció la titular de la cartera sanitaria. Esta recomendación general también tiene correlato en las escuelas, donde se analiza la misma medida para cuidar a niños, niñas y adolescentes ante el avance del humo.
Martorano subrayó que la situación en Rosario se agravó en los últimos días. En este sentido, apuntó que lo que cae sobre la ciudad “ya no son micropartículas, son cenizas”. En lo que respecta al sector educativo, proponen implementar alternativas a la práctica deportiva o los ejercicios habituales en clases.
La ministra explicó que la actividad física requiere un aumento de la frecuencia respiratoria, de modo que se inhala mucho más aire contaminado. “Esto ingresa al cuerpo, reseca la garganta y afecta al pulmón”, comentó entre los efectos adversos del humo en la ciudad.
¿Dónde se registran los incendios del Delta del Paraná que contaminan Rosario?
De acuerdo al último informe del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), los incendios que perjudican a la ciudad se propagan a casi 12 kilómetros de la ciudad. El foco principal se detectó hace más de una semana a la altura de Arroyo Seco, pero las llamas avanzaron hacia el noroeste en los últimos días.
Como consecuencia del viento, este martes había 5.604 hectáreas afectadas por el fuego en el Delta del Paraná. Si bien la superficie es menor en comparación con el área encendida en la segunda mitad de agosto, la situación empeoró en medio de la bajante histórica del río y la sequía.
