Después de dos semanas en las que el agua esquivó la ciudad de forma casi sistemática frente a cada alerta meteorológico, este lunes se desató una fuerte tormenta sobre Rosario. Varias calles quedaron anegadas en las últimas horas de la tarde y se multiplicaron los reclamos a la Municipalidad por árboles y ramas caídas.
Los anegamientos afectaron tanto el centro como la periferia de la ciudad, aunque antes de las abundantes precipitaciones, el viento fue el primer fenómeno intenso que golpeó la Cuna de la Bandera. Desde Defensa Civil confirmaron que las ráfagas superaron los 60 kilómetros por hora.
La noche pareció llegar temprano ante las nubes negras que cubrieron rápidamente el cielo rosarino después de una mañana agobiante y la lluvia intensa dejó de hacerse rogar. Junto con el agua bajó drásticamente la temperatura en paralelo con el aviso a corto plazo que emitió el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
En diálogo con TN, el subdirector de Defensa Civil, Gonzalo Ratner, indicó que desde el domingo estaban trabajando sobre medio centenar de denuncias sobre voladura de objetos y otros inconvenientes en la vía pública. No obstante, reiteró la recomendación para esperar en un lugar seguro a que pasara la tormenta tanto para destapar un desagüe como para ir a mover un vehículo estacionado.