Contra el viento, en la altura y en pleno desierto catamarqueño. Allí volaron los dos mendocinos que se destacaron con excelentes tiempos y podios en el Fiambalá Desert Trail, una de las carreras de montaña más prestigiosas del país. La triatleta y especialista en trail runner María del Valle Arenas ganó en los 50 km, mientras que Alejandro Miranda logró subirse al tercer escalón de la prueba más exigente: las 100 millas,
Esta prueba a la resistencia física, en pleno desierto del norte argentino, contó con más de 1.500 participantes entre todas las distancias (100 millas, 100K, 50K, 35K, 21K y 12K). Y en los 50 km femenino, la triatlonista del Valle de Uco logró el mejor crono (6:54:06) no solo en su carrera sino también en la general absoluta. Sin dudas fue la mujer más fuerte y rápida del certamen.
“Los primeros 27K fueron montaña. Luego vinieron las dunas. Eran 3 picos. Hasta el segundo, que estaba a 2.400 msnm, iba tercera. Ahí hice la diferencia, cuando empezó arroyo seco y luego dunas (el último pico -a 2100 msnm- era una gran duna)”, contó la actual entrenadora de team de Lucho Pilatti.
Luego explicó que la arena no fue lo que más le complicó, “lo más duro fue el viento que, casi siempre, nos sopló en contra”, señaló. Y, con éxtasis, agregó: “Bajar las dunas me generó unas endorfinas… ¡Fue increíble!”. Luego confesó que en la última parte del trayecto se acopló con un corredor de las 100 millas que le sirvió de “pantalla” ya que corrió atrás de él y eso le ayudó a combatir las fuertes ráfagas de aire catamarqueño.
Después de su primera experiencia en los 50 km en el Trail de Villavicencio donde también realizó un trabajo brillante, ésta fue la más inolvidables para la valletana, aunque no será la única ya que en su agenda, tiene próxima fecha los 21K de Tandil de la Serie Salomon, que se llevarán a cabo el 25 de junio.
Cabe destacar que tras la mendocina arribaron completando el podio: la bonaerense de Temperley, Lucila Vigoz (07:05:10) y la entrerriana Tatiana Díaz (07:12:27).
Los tres primeros hombres fueron el cordobés David Molina (5:39:21), el entrerriano Jorge Raúl Pérez Romero (05:50:03) y el también cordobés Matías Montegrosso (06:04:48). Vale aclarar que los 50K (en realidad 48,5K) tuvieron un desnivel positivo de unos 2.000 metros.
Miranda, el súper mendocino de las 100 millas
Alejandro Miranda, corredor del Outdoor Pesari, ubicado en Chacras de Coria, no solo dio muestra de fortaleza, sino de tremendo orgullo por su provincia y de este deporte tan exigente.
El lujanino terminó tercero en los 160K (+3.800m) que se realizaron en tres durísimas etapas de 60K, 50K y 50K. Y tras tres días de dunas y senderos, el mendocino logró el tercer mejor tiempo (18:03:34) y detrás de los catamarqueños Fernando Quiroga (15:00:29) y Sebastián Araya (16:34:04).
No obstante, esta carrera no sólo fue para hombres y las cordobesas mostraron que son más reinas de la 100 millas, ya que ocuparon el primer y tercer puesto: Dalila Haydee Sánchez (20:36:54) y Alejandra Panica (24:04:47)., respectivamente. En tanto que la platense Natalia Riego (23:07:29) fue segunda.
Dónde queda Fiambala
Fiambalá cuyo nombre significa “casa del viento” es una localidad de Tinogasta, en el oeste de la provincia de Catamarca y es la última ciudad que alberga la Ruta Nacional 60 antes de adentrarse camino a Chile.
Se sitúa a 1600 de altura sobre el nivel del mar, en el comienzo del Altiplano andino. De allí su frescura y agradable aire en la estación más cálida del año.
Fiambalá se originó a fines del siglo XVII y fue fundada oficialmente en 1701. Y pese al tiempo, aún se puede conocer uno de los edificios más antiguos de la Argentina, la iglesia del Patrono San Pedro Apóstol ( 1770), declarado monumento histórico.
Hacia el oeste se halla también la sierra de Narváez, cuyo ámbito ha sido propuesto para la creación de un parque nacional.
La ciudad se hizo muy conocida a partir del 2009 cuando nuestro país fue sede del Rally Dakar al igual que en el año 2010, 2011, 2012 y 2016.
Las Dunas de Fiambalá llegó a los ojos del mundo tras este evento deportivo y hoy es uno de sus principales atractivos, junto con los más elevados volcanes del planeta apodados Seismiles (por su altitud que supera a los 6000 m.s.n.m), que son próximos y rodean al célebre Paso San Francisco ( a 200 kilómetros al noroeste) y las Termas de Fiambalá.
