Algunos momentos de la infancia de Solange Boig estaban escondidos en su memoria, hasta que en 1999 una de sus primas tomó gran reconocimiento a nivel internacional. Entonces su familia comenzó a ayudarla a recordar cómo pasaba sus tardes con una pariente de ella: Máxima Zorreguieta.
La mujer, que vive en La Plata, compartió juegos, risas e incluso peleas con la ahora Reina de Países Bajos, cuando ambas festejaban las fiestas en el campo de su abuelo. Según dijo Boig a 0221, de chicas “eran tremendas”.
“Voy a ser reina”, la predicción de Máxima Zorreguieta cuando era una niña
Una de las disputas que más recuerda la familia de Zorreguieta es aquella que estalló por una muñeca que ambas querían. Solange en ese entonces se impuso diciendo que algún día ella sería princesa, y su prima entonces le retrucó anticipándole que ella sería reina algún día.
“Yo le decía que no iba a ser nada”, recordó Boig en la entrevista. ¿Quién lo diría? Unos 30 años más tarde, Máxima ganó la contienda al convertirse en la reina de los Países Bajos tras su matrimonio con el rey Guillermo Alejandro.
La rama genealógica coincide gracias a Santiago Anastacio Cerruti Ponce de León, bisabuelo de ambas. En 1989 se casó con María de las Mercedes de Sautu y tuvieron nueve hijos, entre ellos Joaquín y Jorge Cerruti de Sautu.
El primero, Joaquín, tuvo seis hijas, de las cuales una de ellas es la madre de Solange. El segundo tuvo nueve hijos, entre quienes se encuentra Carmen Cerruti, madre de Máxima. Esto no sólo quiere decir que sus madres son primas, sino que Solange y a Máxima en primas segundas.
Sus navidades y fiestas de año nuevo se desarrollaron durante mucho tiempo en la casa de campo ubicada en Fontezuela, Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Solange no solía jugar tanto con sus primos, aún así, pues “era peleadora” y prefería pasar el tiempo a caballo, escalando árboles y corriendo.
Aún así, ha dedicado varios días a jugar con la actual reina, que es dos años menor que ella. La recuerda “más del lado de los de Sautu” por sus rasgos dulces y redondeados, en contraposición a “los Boig”, de cabello rubio, ojos celestes y facciones angulosas.
Remontándose a su prima, la mujer mencionó: “Ella siempre fue re sencilla y muy simpática. No era una nena mala. Yo tampoco. Yo era traviesa porque era machona, me gustaba jugar. Ella era más nenita”.
Esas fiestas en Fontezuela, que siempre concentraban a al menos a 50 familiares, comenzaron a disiparse con el tiempo luego de la muerte de los abuelos de Solange. Cuando cumplió los 15 años, sus días vendieron el terreno; en paralelo, y con la separación de sus padres, se mudó de Colón -de donde ella es oriunda- a Pergamino.
Al pasar el tiempo, lo siguiente que supo de su prima Máxima llegó por parte de los medios de comunicación: estaba de novia con el príncipe de -en ese entonces- Holanda. “Cuando nos enteramos, no lo podíamos creer. Estábamos contentos porque era alguien de la familia”, recordó.
Los amigos de Solange pronto comenzaron a presentarla como “la amiga de la princesa”, y la anunciaban así a modo de broma cada vez que la veían aparecer. Por su parte, sus tías la ponían al tanto de la cotidianidad de su prima.
Entre los logros de Zorreguieta, lo que conquistó a su suegra fue que el príncipe había dejado el alcohol por ella. “Él se enamoró a primera vista pero ella no le daba bolilla porque era alcohólico”, comentó. Luego, Solange agregó: “Cuando él la invitó a Holanda, ella le dijo que tenía que dejar el alcohol si quería que fuera, porque desayunaba con whisky”.
Esto es algo que Solange no suele contar, a menos de que se lo pregunten. Y si bien nunca quiso obtener rédito por esto, admitió que sacó ventaja para pasar a un recital de Alejandro Sanz. Su “vínculo” con la realeza de Holanda le abrió las puertas del VIP a ella y a su amiga.
Cómo se instaló en La Plata Solange, la prima de Máxima Zorreguieta
Boig arribó en La Plata en 1986 para trabajar en el kiosco de su hermano. Tiempo después se preparó para ser acompañante de ancianos, su ocupación desde hace 16 años. Desde hace cuatro años convive con su pareja en el barrio Monasterio, con quien buscaría tener hijos.
El último contacto que tuvo con la familia de la reina fue hace 14 años, cuando murió su madre. La mamá de Máxima se presentó en el velorio y le dio el pésame, aunque Solange en ese momento no la reconoció.
Tuvo tímidos intentos por contactarla, e incluso la asistente de la reina le ha hablado para pedirle fotos familiares, ya que con los años se fueron perdiendo los álbumes. En 2001 conoció Europa, pero no intentó visitar a Máxima por “vergüenza” y tal vez miedo a que no la reconozca.
