Resultó ser una de las páginas más tristes de la historia de la Argentina. Lo que se suponía que debían ser ejercicios militares terminó en tragedia. Fueron 44 víctimas y todo el país acompañó minuto a minuto lo que iba sucediendo, o al menos, lo que se iba informando sobre la marcha.
El submarino conocido como ARA San Juan dejó de comunicarse con tierra el 15 de noviembre de 2017. Transcurrieron días de angustia, en donde no se sabía qué había sucedido con la nave y con sus tripulantes, 43 hombres y una mujer.
Vía País dialogó con Valeria Carreras, abogada querellante mayoritaria de los familiares de las víctimas, que brindó precisiones de esos días tan oscuros de la historia de nuestro país.
La desaparición del ARA San Juan
Como se comentó, para el 15 de noviembre del 2017, en plena gestión del presidente Mauricio Macri, el ARA San Juan desapareció en mar argentino. El buque se volvió indetectable para los radares cuando se trasladaba desde la costa sur de Ushuaia hasta Mar del Plata. El último contacto con tierra había sido cuando el submarino estaba a la altura de la ciudad de Comodoro Rivadavia, en la zona del Golfo San Jorge, en el Atlántico sur, a unos 432 kilómetros de la costa.
El documental que explica cómo fue la desaparición del ARA San Juan
La plataforma Netflix ofrece desde el pasado jueves 7 de marzo, un documental sobre el ARA San Juan y los días dramáticos de su desaparición, conjuntamente con la investigación que se fue sucediendo.
La serie de ocho capítulos de media hora cada uno, “ARA San Juan: El submarino que desapareció”, explora aquellos días dramáticos que debieron atravesar los familiares de las víctimas y la información que se iba sabiendo conforme iban pasando las horas.
A través de un recorrido de los últimos días del submarino, se puede entender con más claridad qué fue lo que sucedió y cómo el gobierno de turno fue informando a la sociedad y a los familiares de los tripulantes, lo que se iba sabiendo al respecto.
Incluso utiliza audios e imágenes reales, lo que permite visualizar más la tragedia acontecida.
Cabe recordar que el ARA San Juan había partido el 25 de octubre del 2017 desde el puerto de Mar del Plata con rumbo a Ushuaia y su objetivo era realizar tareas militares en el sur del mar argentino, para luego regresar a la ciudad costera de la provincia de Buenos Aires. En el camino de regreso fue cuando desapareció.
El ARA San Juan dejó de comunicarse
Cuando se terminó la segunda parte de su misión, el ARA San Juan comenzó la etapa de patrullaje de la zona económica exclusiva del mar argentino el 12 de noviembre de 2017.
A partir de ese momento y según establecía el protocolo, el submarino debía comunicarse cada 48 horas con la base en tierra.
La noche del 14 de noviembre a las 22.00, el submarino emite su mensaje de posición y seguridad. Estaba a más de 400 kilómetros de la costa, a la altura del Golfo San Jorge. Cabe resaltar que para emitir este mensaje, el ARA San Juan debía posicionarse sí o sí sobre la superficie y esa noche se reportaban olas de hasta siete metros de altura y un clima sumamente tormentoso.
La cuenta regresiva del oxígeno
Pasadas las 10 de la mañana del 15 de noviembre del 2017, desde la base naval en Mar del Plata intentaron comunicarse en dos oportunidades con el submarino, pero sin éxito. La presunción era que había regresado a inmersión y por eso no podía estar en contacto.
El capitán del submarino, Pedro Fernández, y el comandante de la Fuerza de Submarinos, Claudio Villamide habían acordado que el San Juan tuviese contacto con tierra en períodos más cortos. Es decir, habían pactado un Intercom (intervalo de comunicaciones, así se denomina a este tipo de comunicaciones) más reducido.
Pese al acuerdo mutuo entre Fernández y Villamide, como se había comunicado por última vez el 14 de noviembre a las 22.00 hs, la Armada debía esperar hasta el 16 de noviembre a las 22.00 hs para que el submarino volviese a comunicarse.
Sin embargo, el ARA San Juan nunca volvió a comunicarse y se les comenzó a informar a los familiares de los tripulantes esta situación, al igual que se hizo conocida a la prensa.
A partir de allí, comenzó una búsqueda a contrarreloj del submarino, instancia en la que participaron 18 países para aportar ayuda, donde las horas y los días se contaban en función del supuesto oxígeno que podía quedarles dentro del habitáculo.
Transcurrido ese plazo, 15 días después de la última comunicación, en donde ya se sabía la imposibilidad de encontrar sobrevivientes por la falta de oxígeno, el presidente Macri comunicó la decisión de finalizar el operativo de búsqueda de sobrevivientes.
Hay que recordar que la búsqueda concluyó el 17 de noviembre de 2018, cuando el Gobierno informó que se encontraron los restos del submarino y de los 44 tripulantes que iban a bordo de él cuando naufragó, a 907 metros de profundidad, y al día de hoy aún se desconoce con certeza la causa de su hundimiento.
El supuesto espionaje a los familiares de las víctimas
“No hay un solo indicio ni siquiera una sola palabra en los fallos de sobreseimiento de Macri y los demás, en que se mencione un gesto de peligrosidad de las mujeres espiadas”, comenta la abogada Valeria Carreras a Vía País al ser consultada acerca de si en algún momento se llegó a explicar qué “peligro” podrían representar los familiares de las víctimas a las autoridades y al presidente Macri.
Cabe destacar que la causa de las supuestas escuchas a los familiares de las víctimas del ARA San Juan que estaban apostados en las inmediaciones de la Base Naval de Mar del Plata falló en favor de las autoridades, argumentando que si sucedieron esas escuchas era en pos de defender la integridad del presidente Macri y las personas cercanas a su gobierno.
Carreras detalló la angustia que vivieron los familiares durante los meses de la investigación: “Todo el tiempo sentían que las escuchaban de algún modo. En la base salían al parque para hablar porque pensaban que tenían micrófonos. Cuando nos reunimos una vez en a finales de febrero de 2018, llegaron a poner el teléfono celular dentro de un microondas porque podía estar activado el micrófono del mismo para ser escuchadas. Sin dudas había infiltrados y un topo entre ellas”, comentó la letrada.
El incendio en el banco de baterías: ¿el motivo del hundimiento?
Una de las hipótesis que se barajó sobre el hundimiento del ARA San Juan fue la posibilidad de que haya ingresado agua marina dentro del submarino y que la misma haya llegado hasta el banco de baterías, producto de que la válvula Eco 19 habría estado abierta por orden del capitán Pedro Fernández.
“En mi opinión y constancias de la causa, el principio de incendio en baterías fue por ingreso de agua de mar. El único lugar por donde puede ingresar es la válvula Eco 19″, describe Carreras. Y agrega: “En julio de 2017 había pasado lo mismo, ingreso de agua al balcón de baterías y pudieron solucionarlo”.
Y luego describe los motivos del hundimiento, según su investigación: “Lo que sucedió es que tuvieron el principio de incendio a bordo, lo informan por celular el 14 de noviembre a las 23:42 h. El capitán Villamide llega a la Base Naval Mar del Plata para recibir el llamado del comandante Fernández del submarino a las 00:50 del 15 de noviembre (obviamente era una urgencia y era importante, si no la llamada se podía dejar para cuando Villamide tomara servicio diurno)”.
“Hubo más llamados en la madrugada hasta el último de las 7:19 de la mañana”. En medio de su descripción de los hechos, Carreras esgrime una rotunda reflexión: “Los mandaron (al mar) en pésimas condiciones y luego, a mi entender, los abandonaron”.
¿El hundimiento del ARA San Juan fue por falta de experiencia de la tripulación?
Entre las hipótesis que se manejaron, también surgió la posible responsabilidad de la tripulación y en particular, del capitán Fernández a la hora de hacerse cargo de la situación acuciante que estaban atravesando.
“Decir que el capitán Fernández no tenía experiencia es ignorar que tenía más horas navegadas en submarinos que el propio comandante Villamide”, describió la abogada Carreras.
“Decir que les faltó experiencia a los tripulantes es además de una canallada, una conclusión sin fundamento, y no está en la causa penal”, cerró.
