Zaira Yanet Ozuna es la mujer acusada de matar a un ex policía, hija de un histórico referente barrial porteño. Ambos habían sido filmados en una estación de servicio de Garuhapé, luego del asesinato de Alfredo Poggeti. En la jornada de este pasado lunes por la mañana se presentó en la sede de la PFA en Puerto Iguazú.
El 24 de marzo pasado por la tarde, Zaira Yanet Osuna fue vista junto a su padre Ramón en una estación de servicio YPF cercana a la ciudad de Garuhapé. Habían solicitado un remis clandestino para partir desde Capital Federal.
La joven, de 19 años, según creían los detectives de la división Investigación de Homicidios de la Policía Federal que le siguieron el rastro para arrestarla, cruzó ilegalmente a Paraguay. Todo era una fuga. Su padre, al parecer, la ayudaba. La joven oriunda de la Villa 21-24 estaba acusada de ser una cómplice en el asalto que le costó la vida a Alfredo Poggetti, el ex policía de la PFA que murió en una entradera. Otros tres jóvenes de la villa de Barracas estaban junto a ella, según la acusación de la Justicia.
Este lunes al mediodía, Zaira Yanet finalmente se entregó: según confirmaron fuentes del caso, se presentó junto a su abogada en la sede de la División Triple Frontera de la Policía Federal en Puerto Iguazú para ponerse a disposición de la Justicia, con el juez Luis Schelgel a cargo del expediente.
Así, Osuna Villalva es la última en caer por el crimen del ex integrante de la PFA. Sus tres supuestos compañeros, Leandro Berón de Astrada, Luis Estigarribia y Kevin Limenza, ya fueron arrestados. Ellos se entregaron en la sede de la división Homicidios de la PFA o cayeron en operativos. La misma semana que Zaira llegaba a Garuhapé, la PFA allanaba Dock Sud para encontrar a Berón de Astrada, a quien le faltaba una falange, se sospecha, por un disparo del arma de Poggetti.
Ramón Osuna, alias “El Rulo”, durante años se construyó a sí mismo como un hombre fuerte y referente de la Villa 21-24, con contactos políticos fluidos y parte de su junta vecinal.
Semanas atrás, sus viejos conocidos en Barracas hablaban en susurros de “el quilombo con su hija” y aseguran que “se las tomó, se borró”. Su histórico número de teléfono se convirtió en un abonado fuera de servicio. Ahora, queda en duda si el Juzgado N°60 que investiga el caso lo imputará o no como cómplice, dadas las evidencias en su contra.
Estigarribia, de 19 años, nacido en Paraguay, se presentó en la sede de la División Investigación de Homicidios de la Policía Federal Argentina (PFA), en la calle Chacabuco 465 del barrio porteño de Monserrat. Según contaron fuentes del caso, fue acompañado por su abogado. Se cree que se había fugado a su país natal.
Al revisar su cuerpo en el chequeo de rigor, los efectivos federales se sorprendieron al encontrar gran cantidad de cicatrices de heridas de arma blanca, incluso impactos de bala.
El 5 de abril último, Kevin Limenza, el segundo detenido, se entregó de la misma forma, presentándose con su defensor y su tía en la sede de Homicidios. Así, con Zaira Osuna detenida, todos los involucrados en el hecho están tras las rejas.