Tras el fallecimiento de Silvina Luna, se conoció que la modelo donó en vida sus pertenencias a su hermano Ezequiel, quien estuvo junto a ella en todo momento durante su internación.
La modelo era consciente de que podía perder la batalla y por esa razón quiso evitarle los trámites burocráticos a su hermano, quien es su único familiar directo.
“Todos sus bienes, ella tenía dos o tres propiedades, en vida los tiene donados a su hermano Ezequiel”, contó la periodista Paula Varela en el ciclo Socios del Espectáculo (eltrece). En ese sentido, explicó que la rosarina “dejó preparado todo en vida para que, si a ella le pasaba algo, su hermano (Ezequiel) no tuviese que estar haciendo trámites ni nada burocrático. Dejó todo listo al momento de irse”.
Es que Silvina tuvo la oportunidad de realizar una gran carrera en los medios de comunicación y en los espectáculos más importantes. Su fama le dio la oportunidad de poder realizar viajes, comprar inmuebles y permitirse algunos lujos.
El departamento de Silvina Luna en Puerto Madero
Según la misma Silvina dio a conocer, ella era dueña de una propiedad en Puerto Madero, desde donde tomaba algunas de las fotos que publicó en sus redes sociales. El living tiene una biblioteca de estilo industrial, repleta de sus libros favoritos como son los de espiritualidad y yoga.
Este espacio de la casa cuenta con muebles de madera y decoraciones minimalistas. Paredes de color blanco con decorado en un tono claro que dan un aspecto tranquilo y relajado al lugar.
En su habitación, la modelo tiene una lámpara colgante de hierro, una cama de dos plazas y una mesita de luz de color madera. Las paredes son del mismo color que el resto de la casa, blanco.
En la cocina tiene una isla central con encimeras de granito oscuro y cuenta con todos los electrodomésticos de última tecnología. Cuenta con una barra ideal para desayunar y banquetas altas.
Por otro lado, se puede observar un amplio balcón que da a una vista soñada al Río de la Plata. Para la decoración eligió plantas de exterior en macetas de cemento, una figura de Buda y una silla de madera, para tomar mates y admirar el paisaje.
