Recientemente, la novela turca se ha convertido en una disputa legal entre Wanda Nara y Mauro Icardi, y parece que la situación se agravará mientras sus hijas no tengan contacto con su padre. Los aspectos de este conflicto que se resuelven en los tribunales son complejos y delicados, pero, según Wanda, lo esencial es que las dos niñas no desean ver a su papá.
El núcleo del conflicto radica en la presencia de la China Suárez, quien, según Wanda, es una figura clave en el distanciamiento entre el futbolista y sus hijas. Wanda ha expresado en varias ocasiones que lo que más desea es que sus hijas mantengan una relación cercana con su padre, pero su principal objeción es la actriz.
“Yo voy a ser la encargada de volver a forjar esa relación. Mi hijas tienen una personalidad muy fuerte. Ellas también toman sus propias decisiones. Yo creo que a los chicos hay que escucharlos y acompañarlos. Ellas saben lo que yo pienso”, indicó la mediática.
Cuando Marcela Feudale le preguntó si sus hijas rechazaban ir a la casa de su padre, Wanda Nara respondió: “Yo prefiero que quede en la Justicia, como tienen que quedar algunas cosas, para resguardar a mis hijas. Yo, como adulta, voy a hacer todo lo posible para que ese vínculo sea como fue siempre”.
El problema que enfrenta Wanda Nara con la China Suárez
Wanda reiteró que la condición propuesta por sus abogados, de que sus hijas vean a su padre sin la presencia de la “Sangre Japonesa”, respondía a los deseos de Francesca e Isabella.
“Yo traspasé los pedidos de mis hijas que no viven con el papá y, cuando lo ven es muy poco tiempo, entonces quisieran pasarlo con él…”, dijo Wan, y añadió: “Y quizás no con una familia ensamblada en un mes o un mes y medio de relación que tienen”.
Respecto a su vínculo con L-Gante, afirmó: “Nosotros vivimos en casas separadas. Nos hemos ido de vacaciones y dormíamos en cuartos separados. Yo duermo con mis hijas en mi cama, si no, no duermen. Ellas duermen conmigo, y no desayunan y cenan con una persona nueva”.
