El pasado 2 de julio, el cuerpo de Joaquín fue encontrando en una casa abandonada, a 100 metros de su escuela de Laboulaye. La autopsia determinó que el adolescente de 14 años fue asesinado a golpes. Horas después del hallazgo, L. (13), su mejor amigo, confesó el brutal crimen.
Desde ese momento, L. fue trasladado al Centro de Admisión y Diagnostico (CAD), que depende del Complejo Esperanza, de la ciudad de Córdoba. Allí esperará que la Justicia de Córdoba determine su situación aunque es inimputable por su corta edad.
Raúl Palacios es el abogado defensor de L. quien, por primera vez, se reunió con el menor acusado de forma presencial. Ambos ya habían mantenido contacto telefónico y por videollamada, pero, este lunes, mantuvieron una reunión en la institución de menores.
QUÉ DIJO EL ABOGADO DE L. SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL DEL NIÑO
En diálogo con Noticiero Doce, Palacios dio precisiones sobre la situación actual del niño acusado y aseguró que “está muy triste y asustado”. El letrado señaló que la investigación continúa con la recolección de pruebas y esperan que se determine la continuidad o no del niño en la institución.
“No descartamos pedir una audiencia para que declare”, manifestó el abogado y señaló que L. podría responder los interrogantes que aún tiene la familia de Joaquín. “Puede llegar a cerrar las dudas de la mamá”, concluyó.
Actualmente, psicólogos, psiquiatras y sociólogos trabajan con L. a fin de que pueda volver a reinsertarse en su contexto habitual.
Cuándo se conocieron Joaquín Sperani y L., el principal acusado de su asesinato
En diálogo con Vía Córdoba, Mariela Flores detalló que su hijo y L. se relacionaron hace siete años en la escuela primaria Leonor de Tejeda. “Se conocieron en segundo grado, hicieron hasta la catequesis y la comunión juntos”, detalló.
Los niños entablaron una amistad como cualquier otra que se da en la escuela primaria. “Así nos empezamos a relacionar entre las familias y compartimos juntadas quincenales o semanales”, contó.
Los caminos escolares de L. y Joaquín se separaron cuando comenzaron los estudios secundarios por “problemas laborales míos”, según explicó Flores. Por eso, Joaquín arribó a una escuela más cercana a su casa: Malvinas Argentinas. Sin embargo, la familia de L. inscribió al menor al Ipem 278 este año y allí volvieron a reforzar el vínculo de amistad.
Crimen de Joaquín: qué pruebas le mostró el juez a los padres de la víctima
Mariela Flores y Martín Sperani se presentaron en los tribunales locales junto a su abogado, Raúl Frencia, y la abogada del mismo estudio, Matilde Tavella. El encuentro duro alrededor de dos horas y Moro compartió pruebas en contra de L., el único señalado por el crimen.
La investigación indicó que luego de la clase de educación física, Joaquín nunca ingresó al aula del Ipem Nº 278 Malvinas Argentinas, pero sí que dejó su bicicleta en la escuela. Por causas que aún no se saben, L. lo interceptó fuera de la institución y lo llevó hasta la casa de Sarmiento al 470.
Tras el encuentro del último viernes al mediodía, “la investigación sigue, pero al momento es unidireccional. Es decir, todo conduce a que habría un solo victimario, y sería el joven inimputable L”, detalló una fuente.
