Hasta el momento, más de 60 mil hectáreas serranas han sido devastadas por los incendios en la provincia de Córdoba. Mientras tanto, el fuego no cesa y casi 300 bomberos trabajan en focos activos en Alpa Corral, Cuchi Corral, Characato y Estancia La Candelaria.
Es por esto que desde Vía Córdoba hablamos con Mauricio Balocco, ambientalista y presidente de la Fundación Natura, para conocer cuáles serán las consecuencias ambientales y sanitarias que dejará este fuego.
¿Cómo se relaciona la Fundación Natura con el combate de los incendios en Córdoba?
Hace 8 años que Fundación Natura trabaja post incendios con un proyecto llamado Plan Esmeralda. El mismo, comprende llevar alimentos al monte, para aves, cuises y peces; a través de fondos y donaciones. Las cuales significaban un paliativo para la fauna ictícola de los arroyos cordobeses.
También trabajamos con forestaciones aéreas en todas las zonas afectadas por los incendios, a través de bombas de semilla de algarrobo o especies nativas, armadas a partir de talleres donde juntamos 15 mil o 20 mil bombas de especies afectadas. A lo largo de estos años, hemos tirado casi 2 millones de bombas de semillas a lo largo de la provincia.
¿Cuántas reservas nativas han sido destruidas a raíz de estos incendios?
Muchas. Se han visto afectadas reservas hídricas, naturales y de biósfera, muchas áreas protegidas se superponen también. Puntualmente, los últimos incendios han afectado la Reserva Provincial de Córdoba, la Reserva Hídrica de Córdoba, el Área de protección ambiental de Alta Gracia, la reserva de la Defensa en Calera y por suerte no ha llegado más al sur donde se encuentra el Parque Nacional Quebrada de Condorito.
Tras esta situación, ¿En cuánto tiempo se recuperarán las sierras?
El monte tiene un desarrollo muy lento a nivel ecológico, por el bioma y los ecosistemas locales. En cuanto al recupero, un desarrollo de pastizales, arbustivo, de fauna y una recuperación de los algarrobos, los molles, y especies nativas, llevarán cientos de años.
Pero un desarrollo de baja altura, se podría pensar en 15-20 años, sin que exista intervención humana ni nuevos incendios. Pero como viene la situación, es muy poco probable que suceda porque los fuegos son anuales, graves y cada vez están más fuertes.
¿Qué consecuencias para la salud tienen estos incendios?
Considerando que los fuegos cesaran ahora, hay que aguardar las primeras lluvias fuertes. Al no haber una cobertura de pastizales, las lluvias van a arrasar con todos los componentes orgánicos y las cargas útiles del suelo, que son lo que ayuda a mantener su salubridad. Después de esto, tendremos una muy mala consecuencia que es que toda la parte sedimentaria de estos drenajes pluviales van a provocar que los lagos San Roque y Los Molinos se contaminen, más aún, con cenizas.
Y va a ocurrir otro problema ambiental, porque las cenizas más el agua llegarán a las plantas potabilizadoras y cuando se produzca el proceso de cloración (desinfección), las cenizas se transformarán en fenoles, que son agentes altamente cancerígenos, muy difíciles de filtrar. Entonces vamos a tener agua contaminada, fenólica. Esta contaminación se prevé después de las primeras lluvias, considerando el tiempo que transcurre desde la primera lluvia torrencial y lo que tarde el agua en llegar a las redes.
Otra consecuencia es la calidad del aire. Al disminuir la capa de vegetación, las localidades no tienen un proceso de depuración de aire. Por ejemplo, la ciudad de Córdoba no tiene la cantidad de pulmones verdes urbanos como para poder compensar las emisiones de dióxido de carbono, entonces se resguarda en todo el monte que nos rodea. Si eso se ve afectado, sin duda la calidad del aire va a empeorar.
¿Por qué algunos llaman a estos incendios un "Ecocidio"?
La palabra ecocidio es muy acertada en este caso, porque está ocurriendo la muerte total de un ecosistema. Hay que reconstruirlo pero sin intervenir de forma invasiva.
¿Cómo podemos ayudar?
Por ejemplo, en el caso de la Fundación Natura, vamos a realizar tres talleres en La Calera, Alta Gracia y Carlos Paz, para preparar bombas de semillas. Ya tenemos los aviones predispuestos y para arrojarlas en las cuencas afectadas. Pero hay que esperar que pasen las lluvias, las primeras lavarán el suelo, las otras humedecerán la superficie y es ahí donde se arroja la bomba para que las lluvias siguientes las desgranen y comiencen a germinar.
