Juan Balquinta, el arquero solidario de San Vicente

Además de atajar, el actual cuidapalos de Los Andes, sigue con su merendero y, en tiempos de pandemia, va a los barrios a llevar las donaciones a los más necesitados.

Juan Balquinta en su rol de ayuda en un evento en el merendero que está ubicado en barrio San Vicente
Juan Balquinta en su rol de ayuda en un evento en el merendero que está ubicado en barrio San Vicente

Los arqueros suelen tener una visión más general de lo que pasa en la cancha. Para Juan Balquinta, esa verdad futbolera, se trasladó a su vida. Desde hace ocho años, hizo una visión global de la realidad y decidió volcarse a la acción solidaria. Con María Eugenia, su compañera y esposa, decidieron abrir el merendero Niños Comprometidos con Jesús en barrio San Vicente.

Hace ocho años que, mediante varias acciones le brindan ayuda a los más necesitados de la populosa barriada y alrededores. Y en época de cuarentena, cuando no se puede juntar gente en el galpón donde funciona el merendero, se las ingeniaron para hacer el "merendero móvil".

"Llevar comida a los barrios es muy lindo. En lo personal uno se siente realmente bien, la gente nos recibe con fuertes abrazos al igual que los nenes. Saben que vamos por amor y que nos cuesta mucho. Que no vamos por ser políticos o para un beneficio. Cuando hacés las cosas para Dios no hace falta que nadie te juzgue", contó este arquero bonachón quien, además es muy creyente.

Sobre el origen del merendero, el actual arquero de Los Andes explicó: "Fue una idea que se nos ocurrió con mi señora para sacar los chicos de la calle, que no lleven una vida dura como uno la llevó. Y decir de juntar alimento por mes y que los nenes tengan el compromiso de decir: "papá yo colaboro con mercadería" para que los chicos tengan el compromiso de poder ayudar también".

Juan Balquinta en uno de esos recorridos por los barrios más carenciados entregando mercadería para ayudar a los vecinos.
Juan Balquinta en uno de esos recorridos por los barrios más carenciados entregando mercadería para ayudar a los vecinos.

Balquinta no se queda quieto. Se sigue entrenando a pesar de la pandemia. "Nunca dejé de entrenar, de salir a correr con mi hijo Fabrizio hizo que no me quede. A mi edad no puedo dejar de entrenar", contó el arquero de 35 años.

Y tampoco se deja estar cuando tiene que ayudar a los demás. "La cuarentena nos afectó a todos tanto como en lo deportivo como en el cambio de vida. Nosotros, a través del merendero, lo vemos mucho más en lo que necesita la gente".

Juan Balquinta y su cuota de ayuda a los que menos tienen. El arquero de Los Andes abrió hace años elmerendero Niños Comprometidos con Jesús.
Juan Balquinta y su cuota de ayuda a los que menos tienen. El arquero de Los Andes abrió hace años elmerendero Niños Comprometidos con Jesús.

El barrio San Vicente ya tiene identificada a la familia Balquinta con la ayuda y la solidaridad. Es que el trabajo de ellos se ve reflejado en las distintas notas de los medios que difunden las acciones realizadas. "La gente en el barrio nos ayuda mucho desde siempre. Y notas ya hemos pasado por un montón. somos un merendero de 8 años. Nos ayuda mucho a que podamos salir adelante, a que por las notas en los medios siempre la gente te conoce más y nos colabora mucho más y nos ayuda seguir adelante a poder seguir haciendo de comer".

Los Balquinta a pleno: Juan y su familia haciendo un alto en sus tareas diarias
Los Balquinta a pleno: Juan y su familia haciendo un alto en sus tareas diarias

LOS SUEÑOS, INTACTOS. El fútbol, para Juan Balquinta, ha sido un camino que lo llevó hasta Indonesia donde atajó para el Vali Soccer. Tuvo pasos por Belgrano, Juniors, Sarmiento de Junín, Huracán Las Heras, Unión San Vicente y actualmente lo encuentra en Los Andes.

Juan Balquinta en el arco de Los Andes
Juan Balquinta en el arco de Los Andes

Pero la gente común, por su acción solidaria constante, lo relaciona más con eso y al arquero lo llena de orgullo. "Cumplí mi sueño vivir del fútbol y poder ayudar lo que soñé de chico. Jugadores de todo lados, para mis partidos de fin de año, vienen a dar una mano. El sueño de Dieguito, el sueño de Maty, el sueño de Gerardo. Es hermoso ver al fútbol comprometido. La amistad que me dejó la pelota es muy importante en mi vida", agradeció Balquinta.

Su trabajo en Trademan, una empresa de repositores externos, es muy importante para Juan. Porque Gabriel, el dueño, le da una mano grande para pagar el galpón donde funciona el merendero. Y el agradecimiento es muy grande para él y los que colaboran con esta obra de solidaridad.

En el cierre, Balquinta tiró una última reflexión: "Mi vida fue linda y fea a la vez. La vida que nos toca es la que debemos enfrentar pero no por eso puedo ser injusto con los que me enseñaron de todo lo malo. Hoy tengo 80 nenes y 100 familias. Ocho nenes bajo la firma nuestra con papás en adopción. Más regalo que eso en la vida, no puedo pedir. Es fuerte. triste. Y feliz a la vez. Tengo mi mujer, que es una madraza en el merendero y con mis hijos. Sí, parte de lo que viví es por mi merendero y esto me refleja a poder mirar para atrás y decir: yo pude, todos podemos"