El policía de la Caminera que vio a la llorona: "Se me congeló la sangre"

Patrullaba en la ruta 19, a la altura de Villa Concepción del Tío, cuando vivió un momento espeluznante. 

La llorona en Villa Concepcion del Tio.
La llorona en Villa Concepcion del Tio.

La localidad cordobesa de Villa Concepción del Tío, próxima a la ruta 19, se encuentra convulsionada por los llantos de una supuesta llorona. Tanto es así, que vecinos y policías recorren de noche las calles del pueblo, ante el temor generalizado de sus habitantes.

Desde afuera puede parecer un chiste de mal gusto; pero nadie quisiera vivir lo que le tocó a un integrante de la Policía Caminera de Córdoba, en el mismo pueblo, hace cuatro años.

"Vi la nota que publicaron sobre la llorona en Villa Concepción del Tío. Yo la vi hace cuatro años, en el mismo lugar que mencionan ustedes". Este mensaje escribió el policía a Vía Córdoba. Este medio preserva su nombre.

¡Atención! Relato escalofriante, no apto para lectores sensibles:

"Era una noche de invierno, hace cuatro años. Lloviznaba y hacía mucho frío. Eran las 3.30 de la madrugada. Con un compañero patrullábamos por la ruta 19, en dirección a Córdoba, cuando a la altura de Villa Concepción del Tío enfocamos a una persona parada en la banquina.

"Estaba toda vestida de blanco, con una especie de camisón. Su pelo largo y mojado no permitía verle el rostro. Pasamos a su lado en el patrullero y continuó inmóvil. Recuerdo sus manos porque eran pálidas, bien pálidas.

"'¿Qué hace esta persona parada a esta hora y bajo la lluvia en la ruta?', le pregunté a mi compañero. Hicimos unos 150 metros y decidimos volver. Pensamos que a lo mejor le había pasado algo. Pero cuando llegamos al lugar, ya no estaba. No había nadie.

"Frenamos y bajamos del patrullero bajo la lluvia. Empecé a buscar con las linternas y no vimos a nadie.

"De golpe, entre unos arbustos se escuchó un llanto desgarrador. Un llanto como de una bruja. Fue algo escalofriante, se me congeló la sangre. Tanto así que atiné a llevar la mano al arma reglamentaria, por temor a que alguien nos atacara.

"Pero no vimos a nadie, y me llamó la atención que en ese lugar no había árboles grandes como para que alguien se pudiera esconder.

"Era un llanto fuera de lo común. Fue tanto el miedo que con mi compañero subimos al patrullero y nos fuimos rápido. Cuando llegamos al puesto policial, no nos creían. Pero eso ocurrió de verdad, yo lo viví y no me olvido más.

"Ayer le mandé a mi compañero la noticia de la llorona en Concepción del Tío. Me respondió '¿Viste? Las brujas no existen, pero que las hay, las hay'", finalizó el policía.

(Imagen ilustrativa)​